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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 10:45

Una temporada acaba, otra comienza

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Daniel Bernat. Graduado en Derecho y especialista en series.

Aunque parezca mentira, sobre todo en el mundillo del fútbol, todo termina. Esta máxima se puede aplicar a todos los aspectos de la vida, no solo al sector del deporte rey. Lo que pasa es que, desde que la condenada pandemia azotó a nuestro planeta ya de forma global, allá por marzo del año pasado, se tuvieron que tomar una serie de medidas para reestructurar un calendario futbolístico ya muy comprimido; y estaban los Juegos de Tokio también. En 2021 ha habido cierta normalidad, al menos en cuanto al desarrollo del curso balompédico se refiere, y acabaron las ligas de cada país, llegó la Eurocopa aplazada del año anterior, y luego los JJOO. Y ahora arranca la temporada 2021/2022. Pero casi no podemos apreciar la diferencia.

Un caso muy significativo, de lo que parece un eterno estado futbolístico hasta el final de los días, y que nos toca muy de cerca a los aficionados amarillos, es el de Pau Torres. Se convirtió en Tokio, además de en medallista olímpico, en el futbolista con más minutos disputados de toda Europa en una sola temporada. Y volvió para disputar el primer duelo del nuevo año del Villarreal, que encima fue una final, la de la Supercopa de Europa, la segunda en su cuenta particular en cuestión de cinco días, y la tercera en un espacio de algo más de dos meses; y si llega a clasificarse España para la de la Eurocopa, habría alcanzado cuatro. No solo Pedri (que también), sino Pau además, merecerían descansar como es debido, porque, sí, son jóvenes, pero la carga de encuentros en sus piernas y en sus cabezas es inevitable que pese. No obstante, el vila-realense decidió dar un último servicio al club de su vida antes de una pausa necesaria tras un año agotador a la par que ilusionante. Y, como en Tokio, le tocó conformarse con el subcampeonato.

Pero, ¿qué se les puede reprochar? Ante el Chelsea, vigente campeón de la Champions League, y uno de los mejores conjuntos del mundo, si no el mejor a día de hoy, se vaciaron. No tenían más que dar y, aún así, estuvieron cerca de llevarse el trofeo. El reconocimiento al mejor jugador de la final fue para Gerard Moreno, el estandarte del Villarreal actual, y recientemente renovado hasta dentro de seis años, prácticamente para toda su vida deportiva. Y es que lo de este chico es de locos. Si jugara en uno de los clubes más mediáticos de este país, serían tan pesados como lo son con el argentino que ha hecho las maletas a ese terrible y aciago destino como es París (nótese la ironía). Con apenas dos semanas de entrenamientos a sus espaldas, tras participar también en la Eurocopa, fue capaz de dirigir a los suyos ante el equipo inglés, anotando además un golazo, y los blues se vieron contra las cuerdas en muchas fases de la final, algo que parecía una quimera.

Una de las cosas que yo quise ver durante muchos años en el Villarreal era el gen competitivo. Ése que te hace pelearle de tú a tú a cualquiera y que, aunque te terminen ganando, te deje la sensación de que los has tenido ahí, que te han vencido por detalles, porque son mejores, pero no por dejadez o desidia tuya. La llegada hace un año de Unai Emery ha cambiado el chip, y ni el Arsenal, ni el Manchester United, ni el Chelsea, les han ganado en los noventa minutos reglamentarios (los gunners en ciento ochenta). Y estos tres iban a participar en la Superliga famosa, todo sea dicho. Durante el duelo, los de Tuchel no fueron mejores que los del vasco a nivel global; tuvieron sus momentos de dominio, pero los amarillos se repusieron del golpe inicial que fue el gol de Ziyech y, bajo mi punto de vista, nunca volvieron a sufrir tanto como en el arranque.

Pero eso ya forma parte del pasado. La Supercopa de Europa ha sido, a la vez, el epílogo y el prólogo para este Submarino, que ya debe poner la vista en el debut liguero ante el Granada de este lunes. Porque, para volver a estas lides, debes dejar claro en el torneo de la regularidad que eres uno de los mejores de España, reflejándolo en la tabla clasificatoria. Toca ponerse las pilas, y pelear partido a partido, y pugnar por volver a clasificarse para otro torneo continental. Sin olvidar, claro está, que ser campeón de la Europa League te da derecho a jugar Champions. Tras este año, no tengo ninguna duda de que se va a dar la cara en todas las competiciones, y de la participación en el gran torneo europeo, simplemente deseo que nos hagan sentirnos tan orgullosos como frente al Chelsea o ante el Manchester United, y que lleguen hasta donde puedan.

Algo termina, algo comienza (punto para quien capte la referencia). En unos días tenemos de nuevo al Villarreal jugando en casa ante sus aficionados, y eso es lo único que debe ocupar las mentes de la parroquia amarilla, el hacer un buen encuentro ante el Granada e intentar conseguir los primeros tres puntos de la temporada. Ah, por cierto. Si veis a alguien que se ríe de que el Submarino perdiera contra el Chelsea, recordadle que estuvo en la final por haber sido previamente campeón de la segunda máxima competición continental a nivel futbolístico, que no le invitaron a un tour por Belfast. Lo que está haciendo el Villarreal es histórico, y ya quisieran muchos emular una mínima parte de todo lo logrado por el conjunto presidido por Fernando Roig durante todos estos años. Endavant, y a por todas en este curso 2021/2022.