La Mare de Déu de Castelló recibió el cariño de toda la ciudad en una ofrenda de flores multitudinaria, que se realizaba con una meteorología poco halagüeña después de dos años sin fiestas. Si por la mañana los desfilantes tuvieron que soportar un buen chaparrón y luego lluvia débil y fina, por la tarde mejoró la cosa. No llovió pero si soplaba un viento helado que provocaba mucho frío. El Panel de flores de este año es una copia del rosetón que la Cofradía de Lidón realizó para la lledonera en el año 2019
La visita a la ermita, que se realizó cumpliendo las medidas sanitarias debido a la Covid-19, ha tenido un carácter muy emotivo, como viene siendo habitual
El conjunto castellonense, que se ejercitará esta tarde, prepara el próximo partido amistoso que será el domingo contra el Ibiza en San Antonio de Benagéber