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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 21:31

'El centro' y su maldición política

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Miguel Bataller. Ciudadano del mundo y jubilado.

Siempre me ha parecido un recurso de los indefinidos, los oportunistas y sobre todo de los advenedizos dispuestos a saltar de un lado al otro de esa fina raya casi imperceptible, pero perfectamente conocida por quienes la saltan, en busca de nuevas oportunidades personales en su proyección política.

Para mi desde hace muchos años, solo hay dos opciones en la gestión de un Estado e incluso de cada una de las entidades menores que disponen de cierto grado de autonomía dentro del mismo.

O se lleva a la práctica la teoría Liberal de Derechas, en la que son las iniciativas privadas las encargadas de motivar el contenido empresarial, industrial, agrícola o de servicios con las regulaciones laborales mínimas pero imprescindibles fijadas por el Gobierno en defensa de los intereses comunes o se opta por la que en la actualidad sufrimos en España de claro intervencionismo de izquierdas, más o menos radicales, en las que el Estado pasa de ser el elemento de control de la iniciativa privada y primer actor de cualquier proyecto importante y trascendente tanto Industrial como Empresarial e incluso Agrícola como el que se vivió en Andalucía durante más de treinta años con la ocupación de grandes extensiones que pasaron a ser utilizadas y gestionadas por los Sindicatos Comunistas del Campo del momento mientras

Las mayores empresas españolas como Iberia, Renfe, Repsol y Telefónica fueron gestionadas desde el Estado durante muchos años con resultados nefastos o discutibles, hasta que llegó Aznar y decidió la privatización de todas ellas , dejando de asumir los Presupuestos del Estado las ingentes pérdidas que se acumulaban año a año y que salían del bolsillo de todos los españoles que las pagábamos con nuestros impuestos.

De repente esas mismas empresas y en muy poco tiempo, pasaron de acumular perdidas a generar ganancias y las que ya aportaban algo, multiplicaron sus aportaciones en impuestos a sufragar los Presupuestos del Estado.

Los ejemplos paradigmáticos de estas dos formas de administrar el Estado, los dieron en su día Felipe González y José María Aznar.

Lamentablemente y después de ellos, se ha degradado el tema mucho, porque ni Rajoy tenía ni tendrá nunca la capacidad de Gestión Económica que tenía Aznar ni tampoco Zapatero ni Pedro Sánchez le llegan a la suela de su zapato a Felipe en la Gestión Pública del Estado, porque son dos “mindundis” sin preparación ni formación suficiente para ocupar los cargos que han ocupado, y por eso España está como está ahora.

Pero tanto unos como otros, han sido los líderes indiscutibles e indiscutidos de las teorías político-económicas de derechas e izquierdas, pero también

desde finales del Siglo XX e inicios del XXI, han intentado surgir de la nada (o mejor dicho desde dentro de la derecha y de la izquierda) los llamados “partidos centristas”, intentado consolidar partidos que pudieran llegar a ser necesarios primeros e indispensables más tarde para consolidar Gobiernos estables.

Recordemos a UPyD de Rosa Diez y a Ciudadanos de Albert Rivera como los ejemplos más evidentes y más recientes.

Pretendieron ser los equivalentes al Partido Liberal Alemán, que durante medio siglo, fue el que decidió en cada proceso electoral, quien Gobernaba en Alemania, hasta que prácticamente desapareció del mapa político alemán y ya ha quedado como algo residual si sigue existiendo, que ni siquiera lo sé

Los dos han sido y son personas válidas e inteligentes, pero han fracasado rotundamente, no por falta de preparación personal ni calidad política, sino porque esa línea del Centro que separa a los dos lados, es tan fina que en el momento de la verdad, se les han escapado los votos hacia el lado contrario al de aquel que procedían y se han quedado sin nada.

Han sido dos flores que se han marchitado, cuando han dejado de recibir el agua de la financiación privada para poder sobrevivir, porque los objetivos políticos y representaciones en las Instituciones del Estado nunca

fueron suficientes para cubrir todas sus cargas de estructura que tenían y crearon, antes de contar con recursos propios para mantenerlas y la desbandada les llegó cuando no había cargos públicos para tantos oportunistas como quisieron subirse al su carro político.

Recientemente, con ese afán tanto del PSOE como del PP de traspasar la línea que separa a la derecha de la izquierda, a los dos les han surgidos “su grano en el culo”,

A la derecha por la derecha y a la izquierda por su izquierda (VOX al PP y Podemos al PSOE), porque los dos quisieron ocupar espacios que les eran ajenos, en vez de centrarse en los que les resultaban naturales.

La diferencia ha sido, que el PSOE ha pactado con Podemos y le ha dado un protagonismo político relativo, mientras el PP ha demonizado e intentado desprestigiar a VOX de una manera absurda e incomprensible.

Y por eso el PSOE ha empezado a sumar votos con cargo a Podemos mientras el PP de Pablo Casado ha caído en picado y muchos de sus votantes naturales, se han pasado a VOX que ha crecido como la espuma.

Es una muestra más palpable de la inutilidad de querer traspasar esa fina línea que marca el Centro, cuando no es más que eso, una línea imperceptible que no da nada y quita mucho.

A ver si los españoles empezamos a aprender.