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sábado, 20 de abril de 2024 | Última actualización: 17:33

Carpe diem, groguets

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Daniel Bernat. Aficionado del Villarreal, Graduado en Derecho y especialista en series.

Cerré mi última columna en este medio haciendo referencia a que me parecía surrealista que futbolistas como Dani Raba siguieran en la entidad amarilla. Para los que leáis esto y no sigáis día a día al Submarino, simplemente deciros que este futbolista fue canterano del Villarreal, elevado por Javi Calleja cuando entrenaba al club, y al que se le extendió demasiado su estancia en esta entidad. Su mayor aportación, ojo, nada baladí, fue marcar uno de los penaltis de la famosa tanda que dio a este equipo su primer título. No obstante, durante los años en los que militó en las filas de este conjunto, creo que quedó patente que la elástica le venía grande. No es un mal futbolista, que quizá en otra época del Villarreal podría haber sido bastante aprovechable; pero en esta escuadra que dirige Unai Emery, era poco más que un cero a la izquierda.

Su salida fue cuanto menos curiosa. Sobre la bocina de la ventana invernal del mercado de fichajes, el Villarreal emitía un comunicado en su portal web que rezaba lo siguiente: “El jugador cántabro del Villarreal CF, Dani Raba, deja de pertenecer a la disciplina del Villarreal CF.” Simplemente eso. Ni tan siquiera el ya tan manido “El club le desea mucha suerte en su nueva etapa profesional.”, que sí podéis ver en el tampoco muy extenso comunicado de despedida del defensa Rúben Semedo, un tipo que, si recordáis, estuvo en prisión mientras fue jugador amarillo. Cómo tenía que ser la situación con Raba para que, desde la entidad, se lance un comunicado así de seco, hablando encima de un canterano al que le estuvieron formando; sencillamente, me parece una despedida llamativa, y normal que le escueza al jugador aún, que comentó que realmente no hay tantas diferencias entre el Granada (su club actual) y el Villarreal. Que me perdone, pero se nota despecho en sus palabras; le puedo comprar que, comparando a nivel de ciudad, la capital andaluza sea bastante más atractiva que mi ciudad natal, pero en temas deportivos, no hay color. ¿Y por qué os doy la brasa con alguien que no está ni se le echará de menos? Porque gracias a que se fuera vino Giovanni Lo Celso.

Hace dos semanas los que queremos a este equipo vivimos otra de esas llamadas noches históricas. El ambiente previo en el Estadio de la Cerámica fue de escándalo, todos los minutos que precedieron al pitido inicial fueron muy emocionantes, y en sí el partido estuvo a la altura de lo que se espera en estas instancias de competición; la mejor a nivel de clubes. Hacía trece años que El Madrigal no veía unos octavos de final de Champions League, y lo hizo a lo grande. Contra un histórico del fútbol italiano como es la Juventus, y que todo el mundo tenía claro que iba a ser un hueso duro de roer, y que, en el primer duelo, salvo hecatombe máxima o delirio inesperado, no se iba a resolver nada y que tendríamos que esperar tres semanas más. O lo que es lo mismo, a esta noche. Y el MVP del encuentro se lo otorgaron a Parejo (merecidamente), pero a mí me fascinó el argentino Lo Celso.

Su llegada es una de las mejores noticias para un Villarreal ya con una gran plantilla, pero añadirle a un jugador como este centrocampista es elevar al equipo más si cabe. En la ida dio una lección magistral de cómo afrontar una eliminatoria de altísimo nivel, y demostrar que su fútbol no tiene nada que envidiar a otros nombres que venden más periódicos. Ayer no estuvo Gerard Moreno, pero Gio, junto a un Parejo y Capoue que están en un momento dulcísimo, llevó la manija y tuvo sus propias ocasiones para añadir más goles al marcador amarillo. La entidad que preside Fernando Roig dio salida a Raba para incorporar a este grandísimo futbolista y, sinceramente, creo que es uno de los mejores reemplazos que se han gestionando desde las oficinas del club, y mira que los ha habido de buenos.

Otro que aterrizó en invierno, no aquí, sino en Turín, fue Dusan Vlahovic. Dudo que haya aficionado amarillo que olvide su nombre en el futuro, cercano y lejano. Tiene veintidós años, y en la Cerámica debutaba en Champions. Dejó su sello a los pocos segundos de arrancar el partido, con un tanto de bella factura, que destrozaba los esquemas de Emery y los suyos. Pero, al margen de su presencia e impacto en la Juventus, no me asusta para nada de cara a la vuelta. Sí, evidentemente en Turín pueden pasarles por encima y clasificarse a cuartos; estamos hablando de uno de los clubes más importantes de Italia y del mundo, con un palmarés envidiable, y una institución que solo con escuchar su nombre ya impone. Pero, ¿y qué? El Villarreal ya ha plantado cara a algunos de los más grandes y ha salido airoso. Para esta noche, tiene todas las opciones intactas y absolutamente nada que perder, y mucho que ganar.

La eliminatoria, dijo Emery, es la de José Manuel Llaneza. Ojalá brindarle la clasificación a un hombre que lo ha dado todo por el Villarreal. Desde aquí le deseo lo mejor, y una pronta recuperación. Hace dos semanas estuvo presente en los cánticos, mientras la afición enarbolaba banderines con el lema “vivamos el momento”. Pues eso, carpe diem.