Noticias Castellón
sábado, 18 de mayo de 2024 | Última actualización: 20:29

Papasito Celestial

Tiempo de Lectura: 2 minutos, 42 segundos

Noticias Relacionadas

Rafa Cerdá Torres. Abogado.

Las cuestiones religiosas siempre me han provocado mucho respeto, pero los intentos de ciertos partidarios de algunos liderazgos políticos de otorgar cualidades divinas a los líderes objeto de su devoción, más que sorpresa o interés, generan directamente un auténtico descojone. Hace unos días, en plena celebración del Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, la formación política auspiciada por el difunto Hugo Chávez, la delegada Maria Estrella Uribe comenzó su alocución al resto de sus compañeros recitando una oda de amor a Chávez usando como modelo el Padre Nuestro católico: "Chávez nuestro que estás en el cielo, en la tierra y en el mar, y en nosotros los y las delegados"...., supongo que la creyente bolivariana acabaría su revolucionaria oración con un chute de fe en el credo chavista de los que hacen historia, pero al resto del mundo nos ha regalado unas risas lo que es muy de agradecer. Para ayudar a extender su devoción al difunto mandatario venezolano, me atrevo (con mucha humildad eso sí) a apuntar a la devota compañera Uribe, unas cuantas jaculatorias imbuidas de fervor bolivariano por si le pueden servir:

-Presidente eterno, tú que todo lo ves, de los gringos líbranos de una vez.

-Chávez de la guarda, de la revolución eterno vigía, no nos dejes que si no el Capitalismo nos jodería.

-Gloria a Chávez, gloria a Fidel y a la Revolución también.

-Creo en la Revolución todopoderosa y no en el capitalismo, esa cosa tan asquerosa.

-A quien Maduro se la da, nuestra hermana Cuba se la bendiga.

-Salve Maduro, de nuestro Chávez sucesor, y de la Revolución gran impulsor.

-Chávez Papasito Celestial, a tus revolucionarios no dejes de ayudar.

Y no sigo, no sea que mi falta de devoción no se ajuste a la grandeza del personaje y su insigne obra...

Fuera ya de bromas: si los insignes responsables de la formación que gobierna Venezuela sólo son capaces de componer ripios cursis hasta la náusea a mayor gloria del difunto líder, y no efectúan  ni una sola mención en su Congreso referente a la preocupante carestía de productos básicos que sufre la población venezolana, ni tampoco a la corrupción endémica, y mucho menos nada sobre la persecución violenta de todo conato de oposición y a la falta de respeto a las formas democráticas, Venezuela no estará para escribir otra cosa que no sea su propio epitafio. La causa revolucionaria sólo puede esgrimir hoy un conjunto de eslóganes y discursos llenos de demagogia y grandilocuencia, mientras la sociedad venezolana se quiebra por la mitad en dos bloques cada vez más enfrentados, al tiempo que las condiciones de vida para millones de ciudadanos empeoran cada vez más a pesar de la ingente riqueza petrolífera del país. De continuar la presente dinámica, Venezuela va en camino de convertirse en la Cuba del siglo XXI, llena de retórica revolucionaria pero situada en los últimos puestos de la Historia.