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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

Incongruencias

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Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

La guinda que culmina el pastel de un independentismo absurdo, la han puesto la semana pasada desde Cataluña.

El director del Centro de Estudios Estratégicos de Cataluña, Miquel Sellarés, uno de los cofundadores de Coalición Democrática de Cataluña, ex Director de los Mozos de Escuadra y actual votante por afinidad de Esquerra Republicana de Catalunya, acaba de presentar su diseño de lo que tiene que ser en una utópica nación catalana, un Ejercito Catalán no menos utópico.

Pretenden que la futura ‘Fuerza de Defensa de Cataluña (que es como llaman de momento a ese ejército catalán) tenga como razones fundamentales de su existencia:

A-La defensa de la integridad territorial de Cataluña.

B-Integrar esas fuerzas militares en la OTAN y en la UE, sin delegar en otros países su seguridad nacional.

C-Proteger la vida de los ciudadanos catalanes, también en el extranjero.

D-Sus componentes tienen que ser nacidos en Cataluña, y tener un nivel determinado de conocimiento de la lengua catalana. Nivel C para oficiales y B para la clase de  tropa.

Ante tal entelequia, sólo se me ocurre argumentar que me parece todo perfecto, pero aplicando sus principios y razonamientos por pasiva, tengo la sensación que ellos mismos están reconociendo que la intervención del Ejercito Español en suelo catalán, vasco o en cualquier otro punto de la geografía nacional española, con tal de que fuera para preservar ‘integridad territorial española’, estaría mucho más que sobradamente justificada.

¿O quizás eso ya no les suena tan bien?

El ejército español, si que esta integrado tanto en la OTAN como en la UE, así que se me hace harto difícil, entender que esas entidades internacionales, aceptaran un ejercito catalán en su seno, del mismo modo que la Unión Europea ha rechazado por activa y por pasiva aceptar una nación catalana.

También el ejército español, protege la vida de los ciudadanos catalanes fuera de territorio nacional, por el simple hecho de ser españoles, por lo tanto no necesitan esa doble defensa para nada.

Y naturalmente los componentes del ejército español, deben de conocer la lengua castellana oficial española en todo el Estado, y sus reglamentos son menos xenofobos que los de ese utópico ejercito catalán, que solo aceptará a soldados nacidos en Cataluña.

Rizando el rizo de la estupidez, y lo comento porque viene al caso, esta misma semana en Bahrein, un periodista catalán, sagaz a más no poder y haciendo gala de su poca inteligencia, le preguntaba al piloto alemán Sebastian Vettel:

“¿Qué le parece que se enfrenten en semifinales de la Liga de Campeones, dos equipos alemanes a dos españoles?”

“Usted debe de ser un periodista español, ¿no es así?” contestó Vettel.

“¡Soy catalán!” le replicó el periodista.

Vettel, con una sonrisa entre burlona y despectiva, le soltó:

 “Como los bávaros, que también son alemanes”.

Ese pobre diablo, le hace la hace la pregunta a Vettel, asumiendo que el Barcelona es un equipo español, para desdecirse inmediatamente cuando le toma a él mismo por español.

Vino a decirle, mofándose de su imbecilidad, que cada uno es lo que es, por mucho que quiera sentirse una cosa diferente, y hoy por hoy los alemanes de Baviera son alemanes, como los españoles de Cataluña son españoles, aunque algunos de ellos quisieran dejar de ser lo que son, para  ser sólo, la mitad de lo que son.