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viernes, 10 de mayo de 2024 | Última actualización: 16:36

Ideologías y partidos políticos: mirando hacia atrás, sin ira

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Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

Los españoles que superamos la edad normal de jubilación, si echamos la vista atrás y nos remontamos algo menos de medio siglo, podemos analizar con suficientes argumentos, como han ido evolucionando las ideologías y los partidos políticos en España en ese tiempo, para llegar a donde estamos.

Con la llegada de la democracia a finales de los años setenta, uno empieza a darse cuenta de que en España se van perfilando y articulando nuestros partidos políticos, alrededor de cuatro pensamientos políticos perfectamente identificados, y ordenados de derecha  izquierda:

1-Conservadores de Alianza Popular.

2-Demócrata cristianos y liberales con  UCD.

3-Socialistas (sin apellidos) en el PSOE y PSP.

4-Comunistas con muchas variantes.

Luego en las Comunidades Autónomas mas reivindicativas o con mayores aspiraciones de profundizar en sus peculiaridades, se recupera con mucha potencia el PNV  en las Vascongadas (así se llamaban entonces) y CiU en Cataluña, las dos de marcada tendencia conservadora, mas ERC entre los catalanes gracias a la figura del Primer Presidente de la Generalidad Catalana, Josep Tarradellas, rescatado de su exilio para convertirse en el referente de esa parte de España.

Después de la muerte de Franco y una vez nombrado Juan Carlos I Rey de España, encarga la formación del Primer Gobierno Preconstitucional a Adolfo Suárez que articula el partido UCD, reuniendo en el mismo tanto a Demócrata Cristianos, como a Liberales e incluso a gente algo más de Centro Izquierda, pero lejos de los preceptos socialistas de la época encarnados por un PSOE nacido de Suresnes, y cuyo joven líder Felipe González se había impuesto con sus principios moderados para aquella época al valenciano Llopis que había abanderado desde el exilio el socialismo antifranquista.

Apenas un año después ya en Julio de 1977, se llevan a cabo las primeras elecciones democráticas con el triunfo de la UCD de Suárez y el arco parlamentario queda completo a parte de los partidos nacionalistas, con una pequeña representación de 16 escaños de Alianza Popular a la Derecha, UCD como partido de Gobierno en el Centro Derecha, un PSOE liderado por Felipe González y su ‘alter ego’ Alfonso Guerra en el Centro Izquierda acompañados con una mínima representación por el PSP también socialista, de Tierno Galván y cerrando por la banda izquierda quedaron los 19 escaños de Carrillo y su Partido Comunista, curiosamente mejor representados que los restos del franquismo de Alianza Popular.

Desde entonces hasta hoy, los vaivenes ideológicos de cada partido han sido muy curiosos.

Alianza Popular, dio paso al Partido Popular.

Se centró y pasó a ser un partido conservador de centro derecha con Aznar, heredando de UCD sus componentes más progresistas y conservando los suyos propios, que con el paso del tiempo se han ido diluyendo  de una forma curiosa, en su afán de consolidar votantes socialdemócratas procedentes del PSOE, pero nunca definió a si mismo como  Cristiano-Demócrata, porque lo de ser cristiano en España llega a ser un estigma.

Todo ello generado por la ausencia de nadie a su derecha que le dispute los votos más conservadores de sus fieles votantes iniciales, que empiezan a sentirse olvidados o abandonados y por eso muchos de ellos se han refugiado en la abstención.

El PSOE llevó a cabo su viaje de ida a la Social Democracia con Felipe González, con evidentes réditos electorales durante  catorce años, que se fueron por el desagüe de la corrupción, llevándoles a la Oposición durante ocho años.

La llegada de Zapatero, cambió el rumbo ideológico con un viraje a la izquierda tratando de capitalizar los fracasos consecutivos del Comunismo, tras la caída del Muro de Berlín.

La incapacidad política de ese lamentable personaje, ayudada por la crisis internacional cultivada y agravada en España por un ZP infumable, elevó a los altares del Poder a un Mariano Rajoy, que se canso de hacer promesas en la Oposición de índole de política antiterrorista, de  defensa de la vida de los no natos, de la política territorial y de la recuperación laboral y económica del  Estado Español, y de todas ellas tan solo ha sido capaz de cumplir con relativo acierto las dos últimas.

EL PP, ocupa el espacio Social Demócrata abandonado por Zapatero (y ahora por lo visto también por Pedro Sánchez) se apoya en sus políticas socio-económicas y laborales con el emergente partido liberal que es Ciudadanos y con un PNV sensato y fiable de momento y con un solo voto adicional que les caerá desde cualquier origen, aparentemente van a dejar sin plumas y cacareando en ‘el rincón de los torpes’ durante el resto de legislatura, a los radicales de izquierda de lo quede del PSOE de  Pedro Sánchez, a los populistas de Podemos, que cada día quedan mas desprestigiados y peor considerados pese al apoyo de los desesperados que les hicieron subir como la espuma en los momentos más críticos de la crisis, pero que en la medida en la que se vaya saliendo de ella, van a perder su única arma arrojadiza en el pasado, ya que el Comunismo Leninista de Pablo Iglesias, ya no hay Dios que se lo compre.

Es decir que los Conservadores Auténticos ya no existen, y hemos quedado relegados a algunos ancianos decepcionados  por todos nuestros políticos, que van bailando de una ideología a otra al ritmo que les marcan las intenciones estimadas del voto.

Los que antes llevaban esa etiqueta y vendían la conveniencia de conservar valores éticos y morales muy respetables, hoy son dignos socialdemócratas, porque así se lo exige el poder del voto.

Se recupera un liberalismo, que durante muchos años sólo había servido de factor de equilibrio en Alemania o Inglaterra, para dar el poder a Conservadores o Socialdemócratas y poco más.

Y la izquierda radical se entremezcla con el populismo, porque aquellos que tanto hablaban del estado del bienestar aún no se han percatado que para que ese exista, es primordial  disponer de un bienestar del estado.

Por eso, es primordial recuperar la economía del Estado y garantizar su bienestar, para poder repercutir este después en sus ciudadanos.

Rajoy quizás también acabe yéndose por el desagüe de la Corrupción, pero ha demostrado ser el único político español en los últimos 12 años capaz de recuperar la estabilidad económica de España.

Me gustaría que encontrara entre sus jóvenes dirigentes a alguien bien preparado y sin la carga de la Corrupción sobre sus espaldas, para que le cediera la Presidencia de Gobierno antes de terminar esta Legislatura, para poder optar a otra con unos sólidos fundamentos económicos.

Y no estaría de más recuperar principios éticos y morales olvidados en el PP, porque de no hacerlo, no tardará en aparecer alguna fuerza política a la derecha de los populares, para aglutinar ese voto que don Mariano desprecia.