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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

La debilidad del nacionalismo español (II)

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Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.

La profunda aversión de las élites españolas tradicionales a dotar de servicios e infraestructuras a la Nación que fueran más allá de su propio beneficio, su utilización patética de un patrioterismo barato que ocultase en lo fundamental que la inmensa mayoría de la población se situaba al margen del amparo estatal, se pudo ver así mismo en el sistema de quintas en el siglo XIX. Es decir, en lugar de existir una milicia nacional digna de ese nombre, compuesta por todos los ciudadanos con independencia de su condición social o económica, resulta que se articuló un sistema mediante el cual los ricos podían pagar una redención en metálico o pagar a un sustituto para librarse del servicio militar. De resultas de este sistema, en la Guerra de Cuba las decenas de miles de muertos del ejército español las pusieron únicamente las clases populares; los ricos no fueron allí a luchar. También es digno de ver, como Arturo Barea narra magistralmente, la incredulidad de los reclutas españoles que se veían luchando en Marruecos, que no sabían muy bien qué demonios hacían allí, y que pertenecían también únicamente a las clases populares de este país.

Para entendernos, en nombre de la Patria y de la Nación española, la mayor parte de los españoles servía para morir, pero no para recibir servicios dignos de ese nombre y un mínimo amparo.

En este sentido, y tal vez afinando un poco más, conviene recordar como las élites españolas, las más corruptas –no me cansaré de insistir en ello- e inútiles de Occidente, siempre han utilizado y agitado el nacionalismo además como exclusión del otro. No es extraño visto la anterior. Así, conviene recordar como en  Abril de  1934, Luciano de la Calzada, diputado de la derechista CEDA, afirmaba que “España es una afirmación en el pasado y una ruta hacia el futuro. Sólo quién viva esa afirmación y camine por esa ruta puede llamarse español. Todo lo demás (judíos, heresiarcas, protestantes, comuneros, moriscos, enciclopedistas, afrancesados, masones, krausistas, liberales, marxistas) fue y es una minoría discrepante al margen de la nacionalidad, y por fuera y frente a la Patria es la anti-Patria”. Es decir, en España el concepto Nación ha sido utilizado como bandera partidista por la Derecha, por la encarnación de las élites, y como medio de exclusión del distinto, del diferente.

Continuará.