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sábado, 20 de abril de 2024 | Última actualización: 14:33

La gran divergencia (II)

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Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.

Joseph Stiglitz narra en su último libro como en una cena de multimillonarios norteamericanos a la que asistió, ante las crecientes desigualdades,  el lema de la noche fue 'recordad la Guillotina', evocando de esta forma y recordándose los presentes en la velada a María Antonieta y su encuentro con el invento del doctor Guillotine.  En España los plutócratas locales ni siquiera se hubieran planteado el tema. Y es que no sólo tenemos en nuestro país a las élites extractivas más desvergonzadas y probablemente corruptas de Occidente; es que tienen, y tal vez sea lo peor, una total sensación de impunidad.

Así, según se ha podido saber recientemente a partir de la información que publica la CNMV, la mitad de las empresas del IBEX 35 no paga ni un euro por el Impuesto de Sociedades. De hecho, han pagado en su conjunto más en dividendos a sus accionistas que a la Hacienda Pública. Y todo ello en plena Crisis. No es extraño pues que Gestha, el sindicato de Técnicos de Hacienda, afirme que las grandes fortunas,   grandes patrimonios y grandes empresas concentran el 72 % del fraude fiscal que se da en España y que prácticamente todas las empresas del IBEX practican la elusión fiscal a través de la utilización de filiales en paraísos fiscales. De esta forma, si las grandes empresas y grandes fortunas pagasen lo que les corresponde,  el Estado ingresaría un mínimo de 45.000 millones de euros más al año.

De esta forma, mientras Occidente en general y España en particular atraviesan la peor Crisis en muchas décadas, Crisis en la que todavía estamos inmersos, el número de ricos ha crecido en España  en un 40 % desde el 2008. Y  el comercio de bienes de lujo, que no ha dejado de crecer desde hace años,  se espera que aumente entre un 2 % y un 4 % en el 2015. Mientras, según un informe de la Caixa, uno de cada tres niños vive en nuestro país bajo el umbral de la pobreza, situándose como pobre severo según dicho informe uno de cada diez niños españoles. Estas cifras, verdaderamente tristes, no son extrañas si tenemos presentes que seguimos con un paro superior al 23 %, que el paro juvenil se sitúa en un umbral superior al 50 % o que España presenta la mayor tasa de jóvenes trabajando en los llamados mini Jobs. Y por supuesto, todo ello  entremezclado con el desmantelamiento brutal de nuestro incipiente Estado de Bienestar y los tremendos hachazos a todo aquello, como la Sanidad, Educación o Servicios Sociales, que proporciona una verdadera igualdad de oportunidades.

La Gran Divergencia pues. ¿Seguiremos impasibles los españoles?