José Vicente Ramón Moreno.
Esta semana nos envían desde Estrasburgo un ‘regalo envenenado’ ya que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos anula la aplicación de la doctrina Parot y vamos a tener que poner en la calle a terroristas que tienen a sus espaldas muchos muertos inocentes.
Pero han tenido la habilidad de que los consideren como presos políticos y no como verdaderos asesinos sanguinarios que no merecen ningún beneficio fiscal y sí la suma de todas y cada una de las condenas sin rebajar ni un minuto de las mismas.
La laxitud con la que han actuado nuestros políticos por querer colgarse las medallitas del ‘fin del terrorismo sin violencia’ ha llevado a que los que creemos en la democracia pero también en que la ley debe ser aplicada en toda su extensión nos sintamos impotentes y defraudados por el fallo del Tribunal europeo.
Cuando un grupo de terroristas se suicidaron a la vez en Alemania nadie puso el grito en el cielo, ni se rasgaron las vestiduras ni le buscaron seis pies al gato, ni intervino ningún tribunal especial, … y la vida continuó.
Aquí, somos tan ………………….. (aplique cada uno el adjetivo calificativo que considere porque el que pienso yo es demasiado fuerte) que nuestros políticos están siempre buscando las mejores soluciones de agrupamiento, tratamiento exquisito, miramiento por y para todo, que la ley se cumpla siempre a favor de los culpables … Y ASÍ NOS VA.
No sería de extrañar la mala reacción de alguna víctima o familiar de algún asesinado por ETA que nos llevase a tener que explicar a quien no la conozca el significado de ‘lex talionis’.
