José Vicente Ramón Moreno.
En estas fechas todos andamos preocupados por la visita irremediable de esa pariente demasiado cercana a la que querríamos tener siempre muy lejos y evitar su gravosa presencia, nuestra ‘prima’ la ‘Renta’.
Cuando vemos el resultado de la casilla 741 nos parece impresionante la parte de tarta que se nos cae por el camino antes de soplar las velas pero, ¿nos hemos parado a pensar que en los tiempos que corren es un lujo poder hacerla?, ¿verdad que pensado así todos desearíamos pagar tres o cuatro veces lo que ahora pagamos porque eso significaría, con cierta aproximación, el triple o el cuádruplo de nuestros ingresos?.
¡Ah!, y no nos llamemos a engaño, que si el resultado final sale negativo la alegría es relativa porque la devolución sólo supone que nos lo han retenido de más anteriormente, no que nos lo regalan.
¡Venga pues!, ¡mucho ánimo!, que entre todos los que tenemos el privilegio de tener un trabajo debemos contribuir para que los niños puedan ir a la escuela, podamos visitar el médico si hace falta, nos podamos desplazar por carreteras bien cuidadas, nuestros ancianos estén bien atendidos y cobren sus pensiones, y un largo etcétera de aplicaciones que tienen nuestros impuestos, aunque en el momento de la realización de nuestra ‘prima’ se nos ponga un poco de mal humor y nos quejemos de todo.
Pero, como siempre, también podemos exigir que se persiga a los defraudadores con mano dura, que luego parece que todos salen ‘de rositas’, no devuelven lo defraudado y, dentro de unos años, están en la calle disfrutando de su botín (conste que no va con segundas este nombre propio).
