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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 17:32

¿Y si es un fracaso?

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Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.

¿Y si el TRAM es un fracaso? ¿Alguien se ha parado a pensar que no sólo puede ser un fracaso económico, que además puede desestructurar la ciudad y arruinar definitivamente el centro?

Supongo que los responsables políticos del TRAM conocen la obra de Kevin Lynch “The image of the City”. Según esta obra, ya clásica, y base de la llamada Geografía de la percepción, todos los ciudadanos, a través de las llamadas sendas, hitos y nodos, construye su propia imagen mental del espacio en el que vive, de la ciudad en la que habita, y en función de esa imagen toma sus decisiones, y entre ellas la de desplazamiento. Pues bien, el TRAM tiene serias posibilidades, con su caótica invasión del centro de Castellón, de provocar en los castellonenses, que verán su dificultad para acceder al mismo elevadas a la enésima potencia, una visión del mismo como mero lugar de paso. Si a ello unimos las circunvalaciones, el apego de los castellonenses al coche, y los crecientes procesos de suburbanización ( desplazamiento del centro a la periferia como lugar de residencia) y desurbanización ( crecimiento de las localidades periféricas más que la propia ciudad central), y que el TRAM es meramente lineal del Grao a la UJI, puede que en breve el centro de Castellón desaparezca  de los itinerarios mentales de los castellonenses, con mayor facilidad de desplazamiento a los centros comerciales de la periferia. Si ello ocurre, y es algo más que una posibilidad, el centro de Castellón estará condenado y sufrirá un proceso de degradación acelerado, proceso de degradación que en cierto modo ya se puede percibir. Ni los comercios ni los servicios de restauración, podrán pararlo, y de hecho en muchos casos se arruinarán.

Pues bien, esto, que sin duda es más que una hipótesis, se ha dado con una obra que ha costado más de 120 millones de euros, es decir, más de 20.000 millones de las antiguas pesetas, con un servicio que ya se sabe que será deficitario, y que sin duda ha hipotecado, sin lugar a dudas, la realización de futuras infraestructuras para armonizar la ciudad que sí que serían necesarias. Y esto no es una hipótesis; es una realidad.

Veremos lo que ocurre. Y ojalá los planificadores urbanos y responsables políticos de Castellón hayan acertado con el TRAM, al menos en el sentido de que no arruinará el Centro. Pero recuerden; todo puede pasar. Y desde luego, si en diez años se cumplen las peores perspectivas, la Historia juzgará a los responsables del desaguisado.