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sábado, 20 de abril de 2024 | Última actualización: 22:37

Infierno

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Begoña Carrasco. Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón

Un auténtico infierno es lo que están viviendo los vecinos de la plaza Isabel la Católica de Castellón, popularmente conocida como la plaza de l’Ereta. Semana tras semana, y en fiestas de guardar. Una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez. Concentraciones de personas, ruidos, venta de alcohol y puestos de comida… así repetidamente desde hace seis años. Con o sin Covid.

Los grupos de extrema izquierda se han adueñado de la plaza y han desterrado a los vecinos, a los que tienen atemorizados, ya que cada vez que tratan de defender sus derechos, se encuentran con gestos y amenazas, lo que ha hecho que los residentes apuesten por el silencio con tal de evitar males mayores. Hasta el sábado pasado, cuando uno de los vecinos, harto de no poder ni vivir en paz ni en su propia casa, después de todo un día entero de molestias y con un niño pequeño a su cargo, decidió echarse a la calle provisto de un revólver simulado.

Vaya desde aquí que la violencia no es la respuesta. Nunca. Pero es la muestra más evidente de que la convivencia ciudadana en este punto céntrico de nuestra ciudad se ha convertido en una olla a presión que puede explotar en cualquier momento.

Seis años llevamos desde el PP recibiendo quejas por parte de los vecinos del entorno. También el pasado sábado, durante todo el día. Seis años reuniéndonos con ellos y elevando protestas y pidiendo explicaciones al equipo de gobierno de Amparo Marco, que mira hacia otro lado. Y consiente.

La plaza ha sido tomada y es un laboratorio de los grupos de radicales al más puro estilo de los CDR catalanes o los abertzales vascos, cuya ideología comparten. Conciertos de música radical, pintadas de muros y mobiliario urbano con símbolos de extrema izquierda, actos de exaltación de los radicales condenados por la agresión a los guardias civiles de Alsasúa, ataques a las resoluciones judiciales, defensa del rapero Pablo Hásel, consignas apelando a la insurrección y a saltarse la ley y la Constitución… Este es el pan de cada día, fruto de colectivos como La Cosa Nostra, que tienen sedes ilegales o realizan obras y abren locales sin los permisos. O que se atribuyeron delitos como el asalto a la azotea del Ayuntamiento.

Entre 30 y 40 quejas vecinales se registran cada fin de semana que hay este tipo de actos. Pero el equipo de Amparo Marco sigue autorizando que se apoderen de la calle como si solo fuera de ellos. Tira por tierra así el grandísimo esfuerzo de nuestra Policía Local, que sí cumple con sus obligaciones. Y la alcaldesa vuelve a seguir autorizando este tipo de actos, que quedan impunes. Vuelta a empezar. Semana tras semana.

Reuniones de grupos de personas excediendo los límites permitidos por el Covid, venta de productos y consumo en barra, enganche de grupos electrógenos cruzando un cable por en medio de la calle, no uso de mascarilla, salto del toque de queda… Todo eso ocurrió el sábado pasado. Pero todo eso también parece darle igual a Amparo Marco. Desde el Partido Popular seguiremos estando al lado de los vecinos, de los que sí cumplen las normas, de los que exigen su derecho a transitar y disfrutar de su propia calle, de los que están en contra de convertir la plaza Isabel La Católica en una ciudad sin ley. No es el Castellón que queremos. No representan a nuestra ciudad. Desde el Partido Popular seguiremos combatiéndolo con los instrumentos que permite la democracia, y junto a los castellonenses que allí residen.