Afectará al conjunto de calles entre la Ronda y avenida del Rey, calle Fola y aparcamiento disuasorio de la avenida del Mar
La segunda fase de las obras de la Zona de Bajas Emisiones tiene luz verde para dar comienzo el próximo lunes, 23 de junio, con un presupuesto de más de 3,5 millones de euros cofinanciados con Fondos Europeos Next Generation. Afectará, por un lado, a la almendra central entre la Ronda Magdalena y la avenida del Rey; por otro a la calle Fola, y también al aparcamiento disuasorio de la avenida del Mar.
La Junta de Gobierno Local de Castellón ha dado luz verde al proyecto de Bajas Emisiones fase 2 y aparcamiento disuasorio Avda. del Mar, con un presupuesto de 3.546.605,17 euros. Las obras están cofinanciadas con Fondos Europeos ‘Next Generation’, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Esta segunda fase comenzará a desarrollarse el próximo lunes, 23 de junio. Y a partir de hoy comenzarán a instalarse las señaléticas de información a los vecinos.

La Zona de Bajas Emisiones II contempla actuaciones en las calles: Villarroig, Dolores, Llorens Clavell, Pedro Aliaga, Germanías, Maestrazgo y Rossell, arquitecto Vicente Traver, Amadeo I, Echegaray, Trullols, Santos Vivancos, Huerto Sogueros, calle Fola. Y al parking disuasorio en la avenida del Mar, con cerca de 400 plazas.

En la II Fase de la ZBE, indicaba Toledo, se han logrado rescatar 150 aparcamientos sobre el diseño anterior que no contemplaba ninguno.

Toledo ha informado que “como alternativa para estacionar se ha habilitado el recinto de Ferias y Mercados, de modo que siempre se podrá estacionar allí, a excepción de cuando tengan lugar grandes eventos que se realizan de forma puntual. El aparcamiento disuasorio en la avenida del Mar cuenta con cerca de 400 plazas, procurando la comunicación con el interior de la ciudad y el tráfico rodado”.
Participación ciudadana e implicación de comercios, Gaiatas, asociaciones y entidades
Parte relevante de la puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones en la ciudad, indicaba el concejal de Urbanismo, ha sido mantener reuniones con vecinos, comerciantes, Gaiatas y asociaciones previamente a la aprobación del proyecto, para tener en cuenta sus dudas y aportaciones “teniéndolas en cuenta para ir de la mano en todo momento”.
Respecto a los comerciantes el edil ha subrayado que “nos hemos reunido continuamente teniéndoles muy presentes para procurar las menores molestias posibles en sus negocios”.
La directiva Europea y la Zona de Bajas Emisiones

El Desarrollo de las Obras de Bajas Emisiones se corresponde con una directiva europea que obliga a la remodelación del centro de las ciudades de más de 50.000 habitantes. El objetivo de esta directiva pasaría por introducir una nueva estrategia urbana para aumentar la zona de uso peatonal, la reducción del tráfico, y con ello, mejorar la calidad del aire y disminuir la intensidad del ruido. Estas medidas van acompañadas por la inclusión de más zonas verdes. Ajardinado o arbolado.
En Castellón, la presentación del diseño global de la Zona de Bajas Emisiones fue realizado por el gobierno anterior sobre una superficie de 745.000 metros cuadrados, que incluía básicamente toda la almendra central situada entre la ronda interior.
El proyecto inicial contemplaba la práctica eliminación del estacionamiento en todos estos espacios, así como el cierre a la circulación de la mayoría de las calles.
Tras el cambio de gobierno producido en las elecciones de 2023, el nuevo equipo de gobierno rediseñó la Zona de Bajas Emisiones para introducir nuevos materiales en el tratamiento urbano que permitieran poder abrir al tráfico estos viales que, con la planificación anterior se iban a cerrar totalmente al tráfico. También se recuperaron plazas de aparcamiento, y se rediseñó el espacio para introducir parterres de zonas verdes, arbolado, jardineras y elementos decorativos que embellecieran el centro.

Para evitar cerrar todo el centro a la circulación de vehículos se han instalado medidores de calidad del aire y ruido en todos ellos. Y es que, si la ZBE propuesta por la UE lo que pretende es tener controlados estos parámetros, en beneficio de los ciudadanos, antes que cerrar a cal y canto la ciudad, lo importante sería conocer cómo se encuentran en cada momento esas mediciones. Si la contaminación crece por encima de los límites permitidos, los detectores lo señalan y la zona se cierra puntualmente. Pero si la calidad del aire es buena, el bloqueo de la ciudad resultaría negativo para todos los intereses ciudadanos y comerciales del centro.
Más zonas verdes, espacios accesibles y adaptados y mejoras de servicios
Toledo ha enfatizado que las obras de la Zona de Bajas Emisiones contemplan aspectos muy relevantes como son la accesibilidad. “Estamos transformando en calles de plataforma única, para que sean de carácter peatonal. También se ha diseñado un itinerario seguro para personas invidentes, con señalización específica”.
Respecto a la obra, Toledo ha destacado que “no solo se trata de mejorar la accesibilidad o hacer una ciudad más sostenible medioambientalmente, sino que también se han realizado obras en el subsuelo de estas calles, para revisar, mejorar e incluso sustituir redes de agua que se encontraban en estado de deterioro o que requerían de su modernización, a fin de dar el servicio de calidad que merecen los vecinos”.
Otro de los puntos relevantes, incide el edil es que “estamos incrementando la presencia de vegetación y zonas verdes en las calles del centro de la ciudad, donde hay más concentración de vehículos, por lo que en la fase II también se plantará más vegetación y árboles”.
El peligro de los centros 'vaciados'

Cabe recordar, que los planteamientos de la directiva europea de la ZBE, parece nuevo pero lleva décadas sobre las mesas de estudio de los urbanistas.
Hace más de 35 años el ayuntamiento de Castellón, gobernado por Daniel Gonzalbo, planteó una cumbre denominada: ‘Castelló Centre de Futur’, con el lema ‘Imaginat Castelló’ para abordar las iniciativas que años después se han llevado a cabo.
Aquellos estudios incidían ya en el embellecimeinto de los centros de las ciudades, incremento viales peatonales, inservión de zonas verdes, y reducción del tráfico con sistemas de transporte público.
Sin embargo, tal como se puso de manifiesto entonces, y como ya ha ocurrido en otras ciudades, el riesgo que también cabe afrontar es ‘el vaciamiento’ la despoblación del centro de las ciudades.
Ciudades en las que su núcleo central se vacía cuando cierra el comercio, y cuya actividad principal no es servir de residencia a sus vecinos, sino de localización los servicios y oficinas.
Encontrar un término medio para hacer atractivo el centro y conservar a sus vecinos no es nada fácil. A nadie se le escapa que 'no es bonito' llenar el centro de coches, pero eliminarlos por completo sin una alternativa de transporte público asumida y utilizada por la población... supone un problema para la actividad del comercio y para los mismos vecinos, y también para los visitantes, que buscan alternativas en los centros comerciales de la periferia.