Luis Andrés Cisneros. Coordinado Medios de Comunicación Vox Castellón.
Estamos viviendo una época, en la cual se valora más la “sonoridad” de los vocablos que lo que realmente se quiere decir. Queda más políticamente correcto usar unas palabras que figuran grabadas con tinta indeleble en el ‘Manual del Moderno lenguaje’ y que, aunque no signifiquen nada, o bien no se explique en que consiste lo que se está diciendo suenan “guay”.
Viene a cuento de las declaraciones de la cabeza visible de nuestra Corporación Municipal, la señora Amparo Marco, en su reciente visita a FITUR, en las que ha dicho: “Creo que tenemos todas las condiciones necesarias para potenciar nuestra ciudad como un destino sostenible”. Bonitas palabras, sí señor. Pero, ¿que ha querido decir realmente? ¿Ha explicado a la ciudadanía qué es el turismo sostenible? Lo primero que hay que hacer es instruir a los habitantes de Castellón sobre qué es ese 'palabro'.
Y después, y no menos importante, hay que definir cuáles van a ser las líneas y programas de actuación para conseguir la sostenibilidad del turismo. Indudablemente estas grandilocuentes palabras no tienen que quedarse en ser, únicamente, un titular y una fotografía en los medios de comunicación, como una acción propagandística más.
Hay que imaginar y pensar que la alcaldesa habrá visto, la cantidad de hoteles que hay en nuestra ciudad. Es más, no hay ninguno de 5 Estrellas y sólo cinco de 4 estrellas. Difícilmente se puede atraer turismo de calidad con la escasez de oferta hotelera.
Otra opción que se puede barajar es el posicionamiento de Castellón como destino de Congresos, Convenciones o Ferias de distinta índole, pero seguimos con la insuficiente oferta de plazas hoteleras para poder atraer ese otro turismo.
Siempre nos puede quedar la posibilidad de recurrir a las localidades cercanas a la capital de la provincia, pero a la también evidente escasez de plazas hoteleras de atractivo turístico, se une la ausencia de infraestructuras de transporte que enlacen los pueblos de alrededor con Castellón.
Otro aspecto a tener en cuenta es la escasez y mala planificación de una oferta turística de calidad que nos ponga como referentes atractivos a nivel nacional e internacional. Claro, si queremos ver la botella medio llena, es evidente que tenemos la suerte de que queda mucho, muchísimo, por hacer.
Esperemos que el equipo de gobierno de nuestro Ayuntamiento tenga una mayor capacidad de imaginación y no se limite a que estas declaraciones de la alcaldesa se queden sólo en un “palabro” muy actual y ese vocablo de paso a un plan estratégico bien diseñado y que no se limite a ofertar lo de siempre turismo de sol y playa.
Para ello, es del todo imprescindible que, para diseñar cualquier tipo de actuación encaminada a mejorar el turismo, se cuente, de manera preferente, con todos aquellos que componen el tejido empresarial y emprendedor del sector, y no se limiten a crear nuevos ‘observatorios’ y/o comisiones que, después de varios años, hayan servido para que algunos tengan algo en qué ocuparse.
Más que ‘palabros’, lo que se necesita son ganas de trabajar en proyectos reales y no sólo en ideas tendentes a que las acciones que se decidan entren dentro del lenguaje políticamente correcto. Si no es así, dentro de cuatro años estaremos en la misma tesitura.
