Luis Andrés Cisneros. Coordinado Medios de Comunicación Vox Castellón.
Según nos dice el Diccionario de la Real Academia Española (RAE) la censura. es “la intervención que practica el censor en el contenido o en la forma de una obra, atendiendo a razones ideológicas, morales o políticas”. También se aplica a toda la supresión de material de comunicación que pueda ser considerado ofensivo, dañino inconveniente o innecesario para los distintos grupos de poder o de gobierno, según lo determinan sus censores.
Se pensaba que la censura había sido eliminada, pero una vez más querido lector, nos han vuelto a ‘engañar’ de manera vil y torticera. La censura no ha desaparecido en absoluto ha mutado sus formas de actuación. Es cómo esa bacteria que, de tanto enfrentarse a ciertos antibióticos, ha encontrado fórmulas para hacerse resistente al mismo.
Cuentan que, en España, en las épocas de los distintos Gobiernos del General Franco existía un férreo control sobre todo lo que se decía, contaba, escribía, radiaba, publicaba o televisaba. Cuando las Cortes de entonces decidieron auto-inmolarse y dar paso a las Primeras Cortes Constituyentes, los sistemas de censura cambiaron sus formas
Ya no había señores que, en muchos casos, tras superar una oposición oficial tenían un trabajo de censor. A partir de ese momento tomaron el nombre de ‘Asesores’ y se dedicaron a trabajar para Partidos Políticos, principalmente, Medios de Comunicación y Grupos de Presión. Su misión es clara: controlar que todo, absolutamente todo, sea ‘políticamente correcto y buenísimo de lo más’.
En eso, los partidos auto-denominados de izquierda, han conseguido que la censura, en la actualidad, tenga cotas que ni a Stalin se le pudo ocurrir. En aras de la gilipollez de corrección política, se tergiversan y se deforman las cosas de manera harto preocupante.
Pongamos algunos ejemplos, que nos encontramos a diario en la actualidad.
No sale publicado nada sobre la defensa del idioma español en distintas partes de España.
Se intenta ocultar la imposición dictatorial de las lenguas autóctonas.
Se fomentan los insultos, el desprecio y la agresividad contra los que no opinan como ellos.
No se toleran las ideas contrarias a lo que ordenan los Partidos Políticos.
Se silencian a los Partidos que no pertenecen a la Partitocracia dominante.
Cualquier voz discordante con la religión islámica es tachada de fascismo y xenofobia.
Está prohibido discrepar sobre el tema de los refugiados.
Se censuran todos los excesos o abusos cometidos por individuos de raza musulmana.
Se dirige a la Sociedad a aceptar, sin más, los predicados de la izquierda.
Se niegan las libertades esenciales, por ejemplo, elegir la lengua vehicular de sus hijos, de los españoles que no piensan como los grandes Partidos.
El nombre de España, se va eliminando poco a poco, y se sustituye por El Estado, La Roja, las plurinacionalidades, el conjunto de pueblos y naciones, etc...
La lista sería interminable, pero es un hecho incuestionable. La censura existe y cada día más retorcida. Nos han negado que existe y nos han engañado. Menos mal que, de vez en cuando algún medio, como éste, pone una pica en Flandes y permite que la censura se tome determinadas licencias.
