Jorge Fuentes. Embajador de España.
2015 ha sido, para España, un año electoralista. No recuerdo otro tan cargado de consultas populares y es que el profundo cambio de ciclo abierto con el relevo en la jefatura del Estado, la zozobra del bipartidismo, la crisis europea y el recrudecimiento de nuestro flanco Sur, ha hecho mirar al largo proceso electoral con particular atención.
En realidad todo empezó en 2014 con las elecciones europeas y ha continuado en este año con las andaluzas (mes de Marzo), las autonómicas y municipales (ambas en Mayo), las catalanas recién pasadas y culminaran con las generales del próximo Diciembre. Algunas reflexiones telegráficas sobre las recién celebradas consultas en Cataluña:
- Se trataba de una consulta autonómica y no de un plebiscito como Mas y sus aliados quisieron hacer ver.
- La coalición 'Junts pel Si' ha conocido una amarga victoria ya que ha perdido 9 escaños respecto a las elecciones de 2012. Pese a ello, sus 62 escaños le permitirán formar gobierno siempre que se pongan de acuerdo y puedan pactar con CUP.
- Los votos recibidos por los partidos secesionistas suman el 48% del censo lo que no les permitiría en ningún caso ir a una declaración unilateral de independencia. No habrían estado legitimados a declararla ni aun con el 99% ya que, repito, la consulta era autonómica y no plebiscitaria. Esta última, conforme a nuestra legislación, es completamente ilegal si no se hace bajo las muy estrictas normas que marca nuestra Constitución que solo podría ser reformada por el rígido procedimiento previsto ( 2/3 del Congreso de los Diputados, disolución de las Cortes etc.).
- Con la única excepción de Ciudadanos y CUP todos los restantes partidos -Convergencia, ERC, PSC, PP, Podemos y Unión Democrática- han salido derrotados aunque unos lo reconozcan y otros aun saquen pecho.
- Cataluña sale fraccionada de estas elecciones. Aunque no sería justo decir que todos los miembros del JxSI son independentistas ni tampoco que todos los restantes son constitucionalistas, lo cierto es que la mitad de los catalanes choca con la otra mitad que desearía separarse. Como les decía días atrás: esta vez no lo han conseguido pero de ningún modo arrojaran la toalla y probablemente seguirán dando la murga mientras no cambien las cosas.
- ¿Qué es lo que tiene que cambiar? Dicen que España debería volverse más atractiva para Cataluña, tarea muy difícil ya que ante los ojos de los separatistas España seguirá siendo un país retrogrado, del que no tienen nada que envidiar ni aprender. Mucho me temo que con los separatistas no cabe más que aplicar una política de firmeza en que cada autonomía sea tratada, en sus derechos y obligaciones, igual que las restantes ya que de lo contrario, pronto se producirán más descontentos y más separatismos.
- Sin duda, la Constitución tendrá que ser reformada más pronto que tarde, pero nunca bajo la presión de los nacionalismos sino como consecuencia de la evolución conocida en España desde 1978 que deberá ser reflejada en nuestra carta magna.
- Propiciar la celebración de un verdadero referéndum en Cataluña (no el falso plebiscito actual) no resolvería nada ya que los independentistas, en caso de vencer el NO seguirían insistiendo hasta conseguir un resultado que les fuera satisfactorio, como ocurrirá en Escocia, Quebec etc.
- ¿Qué gobierno es previsible se forme como resultado de las pasadas elecciones? Probablemente Mas habría sido defenestrado ya que el número de sus seguidores no ha hecho sino decrecer. La inoportuna imputación judicial promovida el 29/S, al convertirle en víctima del sistema, hace crecer sus posibilidades.
- Para acabar de complicar el escenario, el ex Presidente Aznar se destapa una vez más llamando al orden al PP y recordándonos a todos que ya van cinco derrotas y que por este camino el gobierno está abocado a un estrepitoso fracaso ¡Como si no lo supiéramos todos y Rajoy el primero! Aznar debía haber sido más prudente y reservar esos sabios consejos para compartirlos con sus correligionarios en ‘petit comité’ y no aireándolas a los cuatro vientos.
No les sorprenderá si les digo que, a la luz de lo enunciado el panorama en Cataluña no se presenta más esperanzador después del 27/S que antes de esa fecha y que el problema del secesionismo catalán dista de estar resuelto.
Nos encontramos a menos de 75 días de las decisivas elecciones generales. Hay que olvidar ensoñaciones dirigidas a adelantar las fechas, cambiar los candidatos, convocar nuevos referendo u otras elecciones catalanas. Lo que los españoles debemos hacer ahora es, a la luz de la experiencia acumulada en las elecciones celebradas hasta ahora y la actuación a escala autonómica y municipal, reflexionar sobre qué líder nos merece más confianza.
