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viernes, 3 de mayo de 2024 | Última actualización: 22:30

Mi carta a los Reyes Magos

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Enrique Domínguez. Economista.

Queridos Reyes Magos:

Aunque ya estoy muy crecidito, en años que no en altura, este año quiero escribiros una carta que, desgraciadamente, no he podido entregar al cartero real que llegó a Castellón de la Plana hace unos días.

Cuando estaba en edad de creer a pies juntillas, mucho más que ahora, en los reyes, hubiera iniciado la carta más o menos así: “Majestades de Oriente: espero que al recibo de la presente se encuentren en buen estado de salud, yo estoy bien G.A.D.. El motivo de esta carta es …”.

Pero como ya estoy en una edad en la que te das cuenta de las barbas postizas de Melchores y Gaspares y de las caras embadurnadas de muchos Baltasares, voy a ir al grano.

Vais a llegar este año en el inicio de un periodo de creciente efervescencia electoral, a menos de cinco meses de las elecciones municipales y autonómicas y, seguramente, a algo más de diez meses de las generales.

Y desde antes de vuestra llegada ya se manifiestan los poderes de que disfrutáis, aunque en otras personas; me refiero a vuestra magia para hacer cosas, para atender los deseos de los ciudadanos, para demostrar el ser agradecidos. Nuestros políticos ya han empezado a tratarnos bien, demasiado bien, diría; ya no hay frases de recortes (aunque los hechos son otra cosa, si no que se lo digan a los discapacitados con el copago), ya se han iniciado las inauguraciones (y las que vendrán) y las medidas electoralistas (autorizar de nuevo a los jubilados jugar al bingo en sus centros), ya endulzan nuestros oídos con frases grandilocuentes (aunque entre ellos se siguen atizando).

Y para muestra, el caso de nuestra provincia y, en parte relevante, de la capital. Como por arte de la magia de que hacéis gala, majestades, en el último mes del 2014 se han inaugurado o puesto en marcha en la provincia infraestructuras que llevaban bastantes años iniciadas: el 11 de diciembre fue el aeropuerto de Castellón, conocido en toda España y en el extranjero como el aeropuerto sin aviones.

Tenemos otra infraestructura, muy esperada en la provincia, que no es lo que nos dicen pero que nos lo quieren vender así y que hasta los medios de comunicación (quiero pensar que por aquello de la brevedad) la denominan incorrectamente; me refiero al mal llamado AVE a Castellón (en realidad, alta velocidad en tercer carril).El pasado 16 de diciembre la ministra de Fomento prometió que estará antes de finalizar el 2015, o sea, antes de las elecciones generales, posiblemente.

Cuatro días después, el 20 de diciembre, ha sido el TRAM, nuestro exclusivo sistema de transporte, casi único en el mundo y que solamente ha costado unos cien millones de euros; en sus primeros días de funcionamiento y de adaptación ha permitido hacer más visible a la policía local y a los agentes de movilidad urbana por aquello de la evitación de accidentes.

Hasta ahora no os he pedido nada Reyes Magos (imagino que seréis la versión occidental o la adaptación española). Lo que sí os ruego es que consideréis mi ironía como propia del ambiente festivo de estos días.

Lo que quiero pediros, simplemente, es que todas las promesas que con esas infraestructuras se nos han hecho (y lo que haría falta para que fueran ciertas, añado), que se conviertan en realidad, que no sean frases grandilocuentes a las que se les ve el plumero a las primeras de cambio.

Esto es lo que políticos, instituciones o empresas nos han dicho:

Respecto al TRAM se ha dicho que espera atraer a 2,5 millones de pasajeros cada año; es decir, unos siete mil pasajeros/día; curiosamente, son los que se dice que han subido el primer día de circulación. Somos pioneros en España y los cien millones que ha costado nos permiten decir que después de Roma y Londres va Castellón de la Plana.

Respecto a la alta velocidad (lo que denominan AVE) se espera que genere un impacto económico de 200 millones de euros. Hay que recordar que sólo llegará a la capital y que la zona turística seguirá recibiendo los pasajeros como hasta ahora sin alta velocidad; además, para el corredor del Mediterráneo y el trayecto Castellón-Vandellós, que es el que pondrá en valor el turismo, las exportaciones castellonenses y el ramal de acceso al puerto, no hay fecha, no se dice nada.

Respecto al aeropuerto, la empresa concesionaria espera que en 2015 lleguen unos 35.000 pasajeros (los de ida más los de vuelta) y que en 2029 se alcancen 1,2 millones, cifra que en los estudios preliminares se esperaba para ya. Y en los próximos diez años la firma concesionaria cobrará del Consell los 25 millones de euros prometidos para su explotación durante veinte años.

Todo esto, queridos Reyes Magos es lo que os pido que hagáis realidad porque si no es así tendré que dejar de creer en vosotros, pues uno a estas alturas cree poco en la magia, aunque venga de los reyes.

No me defraudéis porque si no hacéis realidad lo que os he pedido tendré que darles la razón a los que dicen que los reyes magos no existen, que son los padres (en este caso, los políticos y adláteres). Y si es así, dejaré de creer en ellos.