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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

El beneficio de la duda

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Domingo Vicent. Portavoz de Ciutadans en el Ayuntamiento de Vila-real.

Hablamos del beneficio de la duda cuando no hay suficientes fundamentos objetivos para culpar a alguien por los resultados perniciosos de su acción u omisión. Pero la falta de los mismos tampoco implica la certeza completa de su inocencia.

Igualmente usamos esta expresión para explicar la ausencia de razones para confiar en otra persona, o para esperar la utilidad o efectividad de sus acciones. Implica este planteamiento una apuesta arriesgada en cuanto que esperamos que la suerte juegue a nuestro favor.

Pero el paso del tiempo acaba poniendo a cada cual en su sitio, acaba sacando a la luz todos los elementos que permiten señalar al culpable, o valorar si se tomaron las mejores decisiones. ¿Cuántas veces decimos que teniendo una determinada información hubiéramos elegido otra alternativa?

Después de cinco años en el gobierno de Vila-real, el bipartito premia a los vecinos con una subida de la contribución de casi el 10%, teóricamente por culpa de las sentencias urbanísticas y el despilfarro del anterior gobierno. Durante este tiempo han contado con el beneficio de la duda, su gestión parecía ser buena teniendo en cuenta la situación con la que se habían encontrado, pero una medida fiscal de tal magnitud ha abierto los ojos a la población, que busca ahora más información para valorar el acierto de decisiones pasadas.

El debate recientemente abierto sobre la modificación del PGOU, y la revisión de determinados suelos urbanizables que volverán a estar valorados de forma más próxima a su realidad, nos plantea un nuevo escenario distinto al que dio como resultado la última subida de IBI aprobada.

Y es que la explicación fundamental de aquella decisión era la desviación de los gastos por culpa de las sentencias urbanísticas, cuestión que se iba a resolver extrayendo 1,8 millones de euros, al menos en los dos próximos años, de los ahorros de los vila-realenses.

Pero ahora nos encontramos con un nuevo agujero. La nueva valoración de determinados terrenos urbanizables como rústicos, detraerá 438.000 euros de los ingresos del próximo ejercicio, pero también obligará a devolver parecida cantidad por la devolución de la contribución del ejercicio 2016 a que tienen derecho los propietarios afectados, tal como nos reconocieron en el último pleno.

En cuanto tengamos a nuestra disposición los presupuestos para 2017 los miraremos con lupa, los vecinos de Vila-real no merecen pagar con nuevas subidas ni los despilfarros anteriores ni los desaciertos actuales.