Durante el año 2013, un total de 52 personas han realizado diferentes trabajos en Onda en beneficio de la comunidad, como medida alternativa para personas con condenas o multas menores que se permutan por una cooperación no retribuida en actividades de utilidad pública.
Por un lado, 38 personas han realizado voluntariamente 12.504 horas no remuneradas de trabajos de utilidad pública como medida alternativa al ingreso en prisión, gracias al convenio firmado por el Ayuntamiento de Onda con la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, por delegación del Ministerio del Interior.
Tal y como explica la teniente de alcalde de Atención Social, Inma Alós, “este trabajo en beneficio de la comunidad es una actividad complementaria, que no sustituye puestos de trabajo ni compite con el mercado laboral. Que se cumple en libertad y evita por tanto la ruptura con la vida familiar, laboral y social del penado, además de promocionar valores como la solidaridad, la responsabilidad y el bien común”.
Se trata de trabajos relacionados, en la mayoría de los casos, con la limpieza de los espacios públicos y mantenimiento de edificios municipales, y otros quehaceres que se gestionan desde Servicios Sociales.
La ejecución de esta pena estará regida por un principio de flexibilidad para compatibilizar, en la medida de lo posible, el normal desarrollo de las actividades diarias de los penados con el cumplimiento de la pena. Y las personas penadas cuentan con un régimen de Seguridad Social especial que cubre las contingencias que puedan producirse en el desarrollo de la prestación, en el que son dados de alta por el Ministerio, por lo que no tiene coste alguno para el municipio.
Cambio de sanciones económicas por tareas en favor de la comunidad
Por otra parte, 14 ondenses se han acogido a la posibilidad de cambiar sanciones económicas por trabajos a favor de la comunidad, con un total de 360 horas. La nueva ordenanza de Convivencia Ciudadana, aprobada por el actual equipo de gobierno en 2012, a solicitud de la parte interesada, estipula que en la pena de multa se permuta a razón de una jornada de trabajos en beneficio de la comunidad que suponen seis horas por cada 25 euros de multa. La nueva norma prima el aspecto convivencial sobre el prohibitivo, y el preventivo sobre el punitivo. “La sanción es el último recurso”, ha asegurado Inma Alós.
Esta posibilidad cobra especial interés en el caso de menores de edad, que pueden resarcir, con su propio esfuerzo, los perjuicios causados a la comunidad en la que residen, sin que sean sus representantes legales quienes se vean obligados a pagar, con cargo a sus propios recursos, las contravenciones a la Ordenanza en las que hayan participado sus hijos o pupilos.
De esta manera, el ayuntamiento, lejos de mantener una postura recaudatoria, pretende una rehabilitación social de cara a modificar conductas y evitar su repetición a través de la concienciación de los infractores.
