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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 12:29

Historia de la bicicleta (III)

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Guillermo Miró. Ingeniero Industrial.

Hoy terminaremos la historia de la bicicleta, un sistema de transporte con más de 800 millones de máquinas repartidas por el mundo y que en algunos países como Italia se vendieron más que los coches el año pasado. Como concluíamos en el último episodio, las bicicletas de rueda alta eran peligrosas y provocaban que no se utilizaran de manera común. Esto obligó a los inventores a esforzarse por reducir la altura de la bicicleta.

En 1885, apareció una bicicleta que tiene una gran semejanza con la bicicleta que todos conocemos hoy en día. Desarrollada por John Kemp Starley, y conocida como “bicicleta de seguridad”, tenía como principales mejoras la disminución de la rueda delantera, similar a la trasera, y el uso de una cadena para la transmisión de potencia gracias al uso de los rodamientos. Además, se le añadieron uno de los avances más punteros de la época: los neumáticos desarrollados por John Boyd Dunlop, neumáticos donde su tubo interior se rellenaba de aire, con lo que se conseguía amortiguar parte del golpeteo contra los caminos. Posteriormente se desarrollaron los neumáticos desmontables, por lo que con unas cuantas cámaras de recambio se podía ir a todas partes. En este momento las bicicletas pesaban entre 18 y 20 kilos.

Fue tal el éxito de la bicicleta de seguridad, que se extendió rápidamente por todo el mundo industrializado y, al igual que muchos productos hoy en día, su precio también. En 1896, una bicicleta podía costar el salario de 3 meses de un trabajador medio, pero ya en 1909 se había reducido a menos de un mes de trabajo. Por otro lado, a principios del siglo XX se crearon las grandes carreras ciclistas: Tour, Giro y Vuelta. Estas grandes carreras fueron el banco de pruebas de sofisticadas tecnologías en prototipos que posteriormente han sido aplicadas a las bicicletas habituales.

En las décadas de 1960 y 1970, la contaminación atmosférica y la crisis del petróleo espolearon el uso de la bicicleta como medio de transporte, y en algunas ciudades se establecieron carriles para bicicleta y rutas de ciclistas propias. En esta década se inventó el cambio de velocidad trasero conocido como descarrilador. A principios de la década de los 70 se inició la moda de utilizar la bicicleta en caminos de tierra, y se desarrollaron neumáticos y configuraciones de la bicicleta especializadas para esta modalidad conocida como “mountain bike”.

El resto ya es conocido por la mayoría de nosotros. La bicicleta ha acompañado a la humanidad durante los últimos 200 años, y se ha convertido en un objeto de uso cotidiano para muchos. Además, el futuro nos depara cosas aún más interesantes en conceptos ciclistas: bicicletas eléctricas, inteligentes…

En resumen, no hay nada como coger la bicicleta y empezar a pedalear para ver las cosas de otra manera (y no hablo solo del paisaje). Como siempre, comentarios abiertos para sugerencias, experiencias… Hasta la semana que viene.