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lunes, 29 de abril de 2024 | Última actualización: 22:09

Un interés muy interesado

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Enrique Domínguez. Economista.

Hace pocos días, el gobernador del Banco Central Europeo (BCE) Mario Draghi celebraba su segundo aniversario en el cargo con una bajada histórica en el tipo de interés del Banco; histórica, no por el montante del descenso, un cuarto de punto, sino porque casi se toca el suelo; se ha situado en el 0,25%.

Los expertos estaban divididos en cuanto a la urgencia del descenso ya que se esperaba para la reunión de diciembre; se ha adelantado y ello es bueno, aunque no tanto. Me explicaré.

El primer efecto será que el euribor descienda, y así ha sido, con lo que los ciudadanos con una hipoteca verán reducirse ligeramente los pagos a efectuar en tiempo y forma y sin retrasos. ¿Todas las hipotecas?

Aquí viene el primer despago, porque las que tienen una cláusula suelo, y todavía son muchas, seguramente no podrán beneficiarse del retroceso del Euribor.

Un segundo efecto, del que se habla menos y que es muy importante para la actividad económica de las empresas exportadoras, casi las únicas que en estos tiempos de crisis tienen movimiento, es su incidencia en la cotización del euro. Con este descenso del tipo de interés del BCE, se ha conseguido que el cambio con el dólar, que había llegado a los 1,38 dólares, baje hasta situarse en torno a 1,34 dólares.

La elevada cotización estaba originando problemas a las firmas exportadoras al área del dólar y ese descenso, seguramente, propiciará un repunte en las ventas; las empresas azulejeras lo agradecerán. Aunque también es cierto que nuestras importaciones en dólares, con esta reducción, se verán encarecidas, y ello, puede suponer un mayor coste del crudo de petróleo comprado.

Pero hay una razón para la anticipación de la bajada de tipos, que señaló Draghi y que puede ser un aviso a navegantes, en particular a las empresas exportadoras. El BCE tiene como un objetivo el que la tasa de inflación comunitaria se sitúe en el entorno del 2%; ésta fue casi la única razón de ser del anterior gobernador, el señor Trichet, mientras que para Draghi lo es junto a la revitalización de la economía.

Pues bien, en estos momentos la tasa interanual de inflación en la Unión Europea se sitúa en el 0,7% y la economía comunitaria crece poco; esta situación se puede definir de baja inflación con poco crecimiento, aunque se corre el riesgo de ir hacia la deflación y eso sería preocupante. Por ello se anticipa la bajada del tipo de interés. Y esto deja entrever que nuestros principales clientes europeos, téngase en cuenta que exportamos las dos terceras partes a la UE, crecen poco y ello puede afectar a sus compras, a nuestras exportaciones por tanto. Y eso es un peligro en el horizonte para nuestra recuperación.

Y ese descenso de un cuarto de punto, ¿puede suponer el inicio de una paulatina mayor afluencia de crédito hacia el ciudadano y las empresas? Me temo que no tendrá ningún efecto de ese tipo. Eso sí, supondrá un ligero reajuste a la baja en la retribución de nuestros menguados depósitos bancarios y también en los préstamos que concede la banca, pero no implicará una mejoría en la financiación. Entre otras cosas, porque la banca todavía está reduciendo su elevado endeudamiento y necesita sanear más sus activos y hacer frente a un creciente montante de refinanciaciones que pasan a ser dudosas. Y porque sigue siendo más rentable adquirir deuda soberana que financiar empresas o proyectos cuya garantía de éxito no está garantizada.

Pero, ¿podrán nuestras empresas y emprendedores aguantar hasta que llegue esa financiación que necesitan y a intereses asequibles? Nuestro interés en que aguanten es muy interesado.