José Vicente Ramón Moreno.
De forma habitual uno se siente orgulloso de ser de Castellón, valenciano y español pero, en algunas ocasiones, siento vergüenza por lo que ocurre en mi país y el análisis de la situación me lleva a un estado de indignación poco frecuente en mi carácter.
Hace pocos días un amigo me pasó vía e-mail un video grabado por unos policías en los que relataban el cacheo y liberación de un individuo al que, por dedicarse exclusivamente al hurto (robo sin violencia o también dicho “al descuido”) y que él reconocía en sus declaraciones, pero no llevando nada encima, era liberado sin, ni siquiera, llevarlo a la comisaría para declarar.
No era suficiente esta situación dantesca que, rallando el límite de la paranoia, el individuo se despedía con una sonrisa de oreja a oreja, dando las gracias varias veces y diciendo más o menos: “Viva España porque aquí se puede robar y no te detienen”.
Lo primero es que este video no debía haber circulado por las redes porque me parece de una inmoralidad escandalosa pero, además, debería ser remitida una copia a todos los legisladores para ver si, de una vez, reforman las leyes para que el culpable sea castigado y a todos los jueces para que no tengan miedo de interpretar las leyes en su justa medida y lo hagan siempre a favor del delincuente.
O mejoramos en todos estos aspectos o nuestra importante fuente de ingresos basada en el turismo se nos derrumba, ya que los extranjeros no querrán pisar un país lleno de delincuentes sin castigo.
Para cualquier país europeo que vea este vídeo seremos el hazmerreir y la burla. Repito, siento vergüenza e indignación.
