Miguel Prim Tomás. Ex Parlamentario Nacional.
Estamos transitando por un verano algo convulso a nivel internacional. Entre los distintos asuntos hay uno que puede perjudicar y perjudica a nuestra agricultura y ganadería. Sectores como el porcino, lácteo frutas y hortalizas no tendrán entrada en Rusia, al menos por un año en base a la decisión del primer mandatario ruso, Putin, por el conflicto entre Ucrania y Rusia, y la posición de Europa en contra de los hechos entre ambos países, que según Europa, están provocados por Rusia. No deseo entrar en los dolorosos sucesos y sus consecuencias que han sucedido y pueden seguir sucediendo.
Deseo ante todo dejar claro que el perjuicio que se causa al sector agropecuario español, aunque según productos en más o en menos afección, puede seguir siendo clave para la economía del sector rural. Porque si la U.E. va a decidir el pago de los excedentes creados, esto va a conllevar una parte tan pequeña de dicha ayuda, que por ejemplo, en el melocotón sólo paga su recolección, teniendo en cuenta que lo que cuesta producir un kilo, lo pierde el agricultor. Es cierto también, que el porcentaje de cítricos españoles exportados a Rusia es pequeño, y el daño puede ser menor, si conseguimos desviar el tonelaje a otros países, y que, según FEPAC-ASAJA de Castellón, así lo manifiesta.
Todo esto, tiene un trasfondo que he reflejado en otros medios durante fechas pasadas. Nuestra entrada y tránsito por la U.E. para nuestra agricultura mediterránea deja aún mucho que desear en cuanto sucede una CRISIS GRAVE; en cualquier producto, sea por una bajada de precios al productor, sea por cuestiones socio-políticas, etc., etc., el agricultor y ganadero no se encuentran asistidos ni con garantía que se les proporcione una seguridad de no perder el dinero que adelantó para conseguir la rentabilidad necesaria.
Hay mucho que hacer, tanto por parte del país miembro como por la U.E. para asegurar la rentabilidad de los productos, ya sea de frutas y hortalizas, como de ganado. Aquí en nuestra Comunidad Autónoma, tanto sindicatos, cooperativas y políticos deberán unificar criterios para demostrar que la unión hace la fuerza.
