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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 21:59

Un discurso delicado

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En la velada de Nochebuena ya es tradicional sentarse a escuchar el discurso real. Don Juan Carlos nos ofreció 38 , los primeros de ellos acompañado de la familia real. Don Felipe ha pronunciado este año su noveno que venia precedido por unas expectativas (falsas) de que este año las palabras del Rey serían muy comprometidas cuenta habida el curso político tan cargado de sobresaltos que habíamos tenido.

Muchos imaginaban que Don Felipe se iba a pronunciar sobre asuntos tan espinosos como la ley Trans, la proliferación de okupas, el trueque del delito de sedición por el de "desorden público agravado", el descuento de la malversación, la pifia del Sahara, la masacre de Melilla, el "solo si es si" o el intento de modificar las mayorías requeridas  para cambiar la composición del Tribunal Constitucional o el CGPJ.

Quien eso esperara es que no ha escuchado muchos discursos reales ni en España ni en otras Monarquías y no comprende que un monarca parlamentario no puede expresarse de forma manifiesta ni a favor ni en contra  de ninguno de los partidos que figuran en el arco parlamentario.

Don Felipe no mencionó específicamente ninguno de estos lamentables episodios nacionales. Solo se refirió a los temas  que alcanzan un consenso mayoritario en el Parlamento y fuera de él: la guerra de Ucrania; la subida de los precios de la luz, la calefacción y la gasolina; los riesgos de la democracia, el deterioro de las instituciones, el necesario mantenimiento de la unidad territorial y la constante adhesión a la Unión Europea. También recordó que hemos acogido la cumbre de la OTAN -pequeño aplauso a la amistad con los Estados Unidos- y que vamos a ostentar la presidencia de la UE.

El discurso fue tan comprometido como lo podia ser. Pasó de puntillas sobre lo problemas, los englobó dentro de una categoría de orden superior -la unidad nacional, las instituciones, la democracia, la integración regional- y salió ileso de un año particularmente peleón.

Con estos saludos navideños tan suaves, Don Felipe corre el riesgo de perder audiencia año tras año. Es preferible que ello ocurra antes que acabar el año con un incendio politico provocado por nuestro Jefe de Estado, la primera Institución en que podemos confiar a la hora de mantener el país medianamente pacifico y respetable.

Espero estén pasando una Feliz Navidad y que 2023 nos sea a todos muy propicio y pacífico.