Hay frases que escucho una y otra vez en empresas de todos los sectores:
"Nadie mejor que nosotros sabe lo que pasa en la empresa, así que no tiene sentido contratar a un externo"
"Esto siempre se ha hecho así, no necesitamos cambiar"
"Si algo funciona, mejor no tocarlo"
Y aunque todas pueden sonar lógicas, ¿alguna vez te has preguntado si son realmente ciertas… o simplemente creencias que te están frenando?
Las creencias: ¿un motor o una barrera?
Desde pequeños, absorbemos creencias sin darnos cuenta. Nuestros padres, maestros, la sociedad, la cultura, los medios de comunicación… nos enseñan lo que es "correcto" y lo que "no lo es".
El problema es que muchas de esas creencias no se basan en hechos, sino en juicios y generalizaciones. Y en el mundo de los negocios, pueden ser la diferencia entre una empresa que crece y una que se queda estancada.
Ejemplo empresarial: Una empresa cree que "nadie externo puede entender su negocio mejor que ellos", así que nunca contrata consultores ni formadores. ¿Resultado? Se pierden nuevas perspectivas, metodologías y estrategias que podrían hacerles más competitivos.
Ejemplo personal: Un líder cree que "no es lo suficientemente carismático para motivar a su equipo", así que ni siquiera intenta mejorar sus habilidades de comunicación. ¿Resultado? Se conforma con su estilo actual y su equipo nunca alcanza su máximo potencial.
Creencias potenciadoras vs. creencias limitantes
No se trata de eliminar todas nuestras creencias, sino de diferenciarlas:
Las potenciadoras nos abren puertas: "Siempre hay algo nuevo que aprender." "El cambio es una oportunidad, no un riesgo." "Escuchar otras perspectivas nos ayuda a mejorar."
Las limitantes nos encierran en nuestra zona de confort: "Soy demasiado mayor para cambiar." "Si no lo hago yo, nadie lo hará bien." "Si no lo veo con mis propios ojos, no es real."
La diferencia entre una empresa innovadora y una que se resiste al cambio está en las creencias de sus líderes.
¿Cómo cambiar una creencia que te limita?
La clave está en seguir un proceso tal cual:
1) Identifícala: Pregúntate qué frases repites con frecuencia sobre tu negocio, tu equipo o tu capacidad como líder.
2) Desafíala: ¿Es realmente cierta o solo una percepción que te impide avanzar?
3) Busca evidencia contraria: ¿Existen empresas o profesionales que han crecido al cambiar esa creencia?
4) Sustitúyela por una creencia potenciadora: No se trata de engañarte, sino de buscar nuevas formas de pensar que te impulsen en lugar de frenarte.
Si no cambias tu manera de pensar, difícilmente cambiarán tus resultados
Muchas empresas y profesionales esperan resultados diferentes haciendo lo mismo de siempre. Pero la realidad es que lo que te ha traído hasta aquí, no necesariamente te llevará al siguiente nivel.
¿Y si te planteas cuestionar tus creencias? Quizás descubras que hay un camino que no habías considerado. Mi trabajo también consiste en ayudar a líderes y empresas a romper esas barreras invisibles que muchas veces impiden el crecimiento. Si crees que ha llegado el momento de ver las cosas de otra manera, ya sabes ¿viajamos juntos al éxito?