Vicente Pallarés. Alcalde de Sant Joan de Moró y diputado provincial.
Los mismos empresarios del sector cerámico lo llevan advirtiendo hace meses: los devastadores incrementos de la factura energética son incompatibles con la rentabilidad de las empresas, tanto de baldosas cerámicas como de fritas y esmaltes. Y, así, ante la impasividad del gobierno de Pedro Sánchez, se va desangrando un sector que es el verdadero motor de la economía de nuestra provincia. Y nadie hace nada. Solo buenas palabras y alguna que otra palmadita en la espalda. Nada de provecho.
Alguna que otra empresa ya ha anunciado su decisión de presentar un expediente de regulación temporal de empleo, un ERTE, porque debe apagar hornos. Y es que, ahora mismo, no le es rentable seguir produciendo baldosas. Y, así, como quien no quiere la cosa, comienza un drama al que, si no le ponemos remedio pronto, puede poner en jaque a toda la provincia.
Y es que la cerámica, nadie lo duda, es un claro generador de empleo y la principal fuente de riqueza, tanto de manera directa como indirecta, de nuestros pueblos, muchos de los cuales han evolucionado –y lo siguen haciendo- al mismo tiempo que las fábricas cerámicas. Todos los castellonenses, unos en mayor medida que otros, estamos vinculados al sector cerámico.
Y es que la industria cerámica castellonense es el tercer exportador mundial de pavimentos y revestimientos cerámicos, y en nuestro territorio tenemos a dos de las 7 empresas que más baldosas fabrican en todo el mundo: Pamesa ocupa la sexta posición y STN está en séptimo lugar. Y por delante de ellas no hay ninguna otra europea. Castellón lidera la industria del azulejo a nivel mundial.
Los empresarios cerámicos han demostrado en numerosas ocasiones su talento, su capacidad de trabajo y, sobre todo, su vinculación y compromiso con la provincia. Por eso, ahora, más que nunca, las administraciones públicas tenemos que estar al lado de la industria cerámica. Los ayuntamientos aportamos nuestro granito de arena – y no pequeño-; adoptando medidas como, por ejemplo, la rebaja de IBI urbano, algo que el Ayuntamiento de Sant Joan de Moró ya ha aprobado y pondrá en marcha el año próximo. Pero son tanto la Generalitat Valenciana como el Gobierno de España los que tienen las grandes competencias en materia fiscal y las que, por lo tanto, más tienen que hacer y decir en este asunto. La industria cerámica necesita soluciones para mantener su competitividad ante el aumento de la factura energética, el coste medioambiental que debe soportar, y el incremento de los precios de las materias primas y hasta de los fletes.
El futuro de la industria cerámica está estrechamente ligado al futuro de nuestra provincia. Que nadie lo olvide.
