Hace unos días de vacaciones en Florencia no solo aprendimos a preparar bruschetta, pasta casera, pollo marsala y panna cotta, también cocinamos algo aún más sabroso: 𝒕𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒐 𝒆𝒏 𝒆𝒒𝒖𝒊𝒑𝒐.
En la clase éramos cinco personas: tres americanos, mi mujer y yo. Distintos acentos, distintas culturas, distintas formas de hacer…, pero con algo en común: ganas de aprender y disfrutar juntos.
Lo que empezó siendo una experiencia culinaria se convirtió muy pronto en un verdadero ejemplo de cómo funciona un equipo cuando hay:
✅ Colaboración.
✅ Buen humor.
✅ Escucha activa.
✅ Curiosidad.
✅ Diversidad.
Y sobre todo confianza.
Cada uno aportó lo mejor de sí: sus ideas, sus manos, sus risas y sus propios chistes, para acabar saboreando lo que habíamos cocinado. Como hacen los grandes equipos cuando celebran los resultados compartidos.
Porque si lideras equipos recuerda que liderar también es bajar al terreno. Es compartir momentos reales, con tu equipo. Es buscar tiempo para celebrar, es escuchar más y es dejarse los prejuicios en casa.
Y eso, trasladado a una empresa, marca la diferencia entre un grupo que simplemente trabaja y un equipo que marca diferencias.
Si crees que a tu empresa le falta ese “toque secreto”, ese ingrediente humano que une y potencia las empresas, estaré encantado de ayudarte a encontrarlo. ¡Tengo la receta del éxito. (y no solo de la pasta).
¿Cocinamos juntos el próximo éxito?
