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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 17:23

España no se entera

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Santiago Beltrán. Abogado.

Estoy absolutamente convencido que la mejor forma de saber como piensa otra persona es, primero, callar y escucharla, después, ponerse en su lugar y tratar de conocer sus razones (por extrañas e ilógicas que parezcan), por último, analizarlas con detenimiento y desentrañar sus puntos débiles. Solo así se puede ayudar a una persona, si es amiga, y combatirla con éxito, si no lo es.

El Estado español desde los Pactos de la Moncloa, germen de la Constitución del 78, pasando por todos y cada uno de los Gobiernos de la Nación (UCD, PSOE y PP), han despreciado el riesgo evidente que contenían los pactos políticos alcanzados con los nacionalistas y las consiguientes concesiones que les realizaban, en forma de mayores competencias políticas y económicas. En realidad, los mal llamados partidos constitucionalistas, han venido sirviéndose de los nacionalistas (y no al contrario, como se suele creer) para sus propios objetivos de alcanzar y ejercer el poder (con la siempre manida excusa-justificación de la estabilidad y la fortaleza gubernamental).

A cambio no les ha importado regalar prebendas  y derechos de todo tipo, alimentando y engordando a una fiera, que con el tiempo, y con razón, no solo se ha revelado sino que se ha sentido con más fuerza y poder que el propio papá Estado. Ha llegado el momento de su emancipación, y la respuesta que los nacionalistas esperan del Estado es unívoca y afirmativa; en primer término, de forma consensuada, en último lugar, unilateral e irreversible. No hay vuelta atrás.

Mientras tanto, el Estado, se sorprende, tardíamente, que las gentes de los territorios malcriados y consentidos, quieran morder su mano, y que se lancen a tamaño órdago separatista, e incluso algunos dicen con altanería que para conseguir sus objetivos deben ser consultados previamente y autorizarlo después, o incluso con temeraria displicencia, que pueden hacer lo que quieran, que ya se estrellarán y volverán pidiendo disculpas (se refieren a la posibilidad no acreditada de que Europa y los organismos internacionales no reconocerían llegado el caso un Estado catalán independiente y no lo reconocerían como propio). Se demuestra, pues, como decía al principio, que España nunca ha perdido el tiempo en escuchar, comprender, identificarse con su enemigo y conocer sus debilidades. Aun hoy se menosprecia la deriva separatista y su plan de ruta.

Sin embargo, y a pesar de quienes piensan que Mas y CiU han fracasado en las recientes elecciones catalanas, y que el resultado de las mismas perjudica las ansias independentistas, lo cierto es que la correcta interpretación de la cuestión y el análisis de la verdadera mentalidad de los catalanes (al menos de una gran mayoría de ellos), nos ofrece un escenario bien distinto. A saber: 1º.- Según ERC, gran vencedor de las elecciones, la hoja de ruta comienza, concediendo al govern de CiU toda la estabilidad y fortaleza que precisa para conseguir fer país i Estat independent. Por ello, no pueden entrar a pactar gobierno de forma efectiva (en la sombra lo serán de igual o mejor modo), para que, desde Europa se puedan convencer de que la independencia es lo que anhela el pueblo catalán, y se manifiesta claramente en que Gobierno y principal partido de la oposición buscan idéntico fin. Además, 87 diputados del Parlament avalan dicho objetivo.

La política económica de ajustes y recortes que exige Europa, puede admitirse inicialmente, porque el sacrificio es de corta duración, apenas 1 año; 2º.- Mas deberá convencer a Rajoy de que el referéndum no solo es posible sino que es conveniente para las partes implicadas; 3º.- Ante la previsible negativa, el Parlament mayoritariamente, aprobará la Ley de Consultas Populares, que incluirá necesariamente el plebiscito separatista, y cuando se interponga contra la misma recurso de inconstitucionalidad y el TC suspenda su vigencia, se apartarán de la legalidad española y se someterán a la internacional, aquella que según la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en resolución del 22 de julio de 2010 (caso Kosovo), afirma que, la declaración unilateral de independencia de un pueblo respecto del Estado del que forma parte, no vulnera la legalidad internacional, porque no hay norma jurídica internacional ni doctrina al uso que diga lo contrario. Consecuencia inmediata, según la interpretación interesada del dictamen de la CIJ es que, si no se prohibe se puede hacer y que dicha actuación no atenta contra el principio de integridad territorial de los Estados consagrado en el Tratado constitutivo de la Unión Europea.

El pueblo catalán tendría, según lo dicho, derecho a decidir su futuro por sí mismo y a convocar unilateralmente un referéndum de independencia, por lo que lo van directos a llevarlo a término. El 11 de Septiembre de 2013 es la fecha prevista inicialmente  en el calendario y aunque lo digan con altavoces y a voz en grito, España no se entera, y lo peor de todo es que no se quiere enterar. Como siempre.