La lumbalgia es una enfermedad reumática que más allá de incidir en la salud de las personas, que en definitiva es la cuestión que más importa y que más nos preocupa a todos los que atendemos y tratamos esta patología, también conlleva una significativa repercusión para el sistema sanitario en costes monetarios. De hecho, es tal la incidencia que mantiene esta enfermedad en la población, que se sitúa como una de las principales causas de incapacidad temporal que más se atiende en las consultas médicas en España.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Lumbalgia, y desde la Sociedad Valenciana de Reumatología aprovechamos este día de conmemoración para visibilizar esta enfermedad a través de este artículo, atrayendo la atención de la sociedad hacia ella y, sobre todo, hacia las consecuencias que genera. Una de esas consecuencias es el dolor que produce en el área de la columna lumbar debido normalmente a factores de carácter mecánico o inflamatorio.
Su impacto en las arcas del Estado es incuestionable, no cabe duda de ello. Tanto es así que se calcula que los costes que produce la lumbalgia ascienden a cerca de 9.000 millones de euros en España, lo que viene a representar el 0,68% del PIB español, tal y como avanzaba un informe sobre la cronificación del dolor lumbar publicado hace unos meses por el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM).
Así se estima que más del 80% de la población española padecerá en algún momento de su vida dolor lumbar. Y de esa parte de la población, se calcula que un tercio sufrirá probablemente una recaída en el transcurso de un año. Estas cifras, que ya de por sí impresionan, nos dan una idea certera de cómo se desarrollan los datos cuando son extrapolados al plano internacional.
En este sentido, según un estudio publicado por la revista The Lancet Rheumatology, se hablaba incluso de que más de 600 millones de personas tuvieron lumbalgia en 2020 en el mundo. Pero lo preocupante no es solo este dato, sino que además, en este mismo estudio, se avanzaba que dentro de 30 años habrá más de 800 millones de afectados en el mundo.
Ante estos datos y el previsible incremento que experimentará esta enfermedad reumática durante los próximos años, al igual que en otras tantas ocasiones, la prevención desempeñará un papel crucial a la hora de abordar la lumbalgia. Como recomendaciones generales es conveniente mantener un peso corporal adecuado, conservar una higiene postural correcta, utilizar calzado sin tacón alto, evitar el consumo de tabaco y realizar ejercicio.
Desde la Sociedad Valenciana de Reumatología queremos insistir en la necesidad de acudir al reumatólogo o al médico de atención primaria ante toda lumbalgia de origen inflamatorio. Este tipo de lumbalgia genera dolor nocturno en el paciente de más de un mes de evolución que despierta por la noche, y que no mejora con el reposo, pero sí mejora con antiinflamatorios. Además, provoca rigidez de la columna lumbar y rigidez matutina mayor de una hora en los pacientes que la padecen. En este caso podría tratarse de lumbalgia inflamatoria o del primer síntoma de una espondiloartropatía, por lo que debería ser valorada adecuadamente por un reumatólogo para evitar que la enfermedad inflamatoria avance y provoquen secuelas incapacitantes e invalidantes en el paciente.
Al contrario de lo que mucha gente cree, se debe evitar el reposo en cama, ya que se ha demostrado que seguir con la actividad habitual, sin forzar, favorece la recuperación del paciente. Realizar determinados ejercicios de rehabilitación para fortalecer la zona lumbar o aplicar calor de forma local en la zona afectada ayudarán a reducir los efectos de esta dolencia en el paciente. Seamos conscientes del impacto que la lumbalgia genera en la sociedad, y sigamos trabajando en su prevención para poner límites a su avance en ella.
