Por espacio de casi 2 horas los 11 concejales atendieron preguntas, explicaron proyectos y reconocieron fallos de 2 años de gestión
Los 100.000 euros que cuesta ‘reponer’ las ‘palomas voladoras’ de la estatua de Ripollés, fueron la nota más anecdótica de una asamblea ciudadana en la que el equipo de Gobierno d e Castellón rindió cuentas de su gestión. Apenas un centenar de personas, y los más ‘de casa’, ausencia de Ciudadanos y del PP. La Plataforma Anti desahucios pidió explicaciones, y los 11 concejales anunciaron proyectos, rebaja del IBI, dieron explicaciones y admitieron fallos cuando “no hemos podido llegar a todo”
Esperanza Molina/ Castellón Información
La primera asamblea ciudadana convocada por un equipo de gobierno en Castellón, no consiguió reunir a más de un centenar de personas en el Teatro del Raval. Y entre los asistentes, muchos ‘de casa’, asesores, familiares, miembros de los partidos que gobiernan, concejales de Castelló en Moviment, prensa, y los integrantes de la PAH, la asociación antidesahucios, que no evitó el encuentro y reclamó sus reivindicaciones.
Pero pese a todo fue una asamblea interesante en la que la alcaldesa, Amparo Marco, vestida del mismo rojo con el que en su día anunció su candidatura, volvió a convertirse en la ‘caperucita’ de un cuento que ha cambiado mucho durante los dos últimos años.
Más segura, más convincente, más ‘templada’, hizo frente a esta asamblea que inauguró hablando de sus logros, relacionando su ‘gobierno del cambio’ frente a los problemas y “la mala imagen que tenía antes la ciudad”, y dispuesta a dar la batalla hasta el final.
A diestra y siniestra los 10 concejales que integran el equipo de gobierno, del PSOE y de Compromís.
Entre el público, sus socios de gobierno, a los que a última hora les negaron una participación activa como ponentes, Castelló en Moviment.
Y los grandes ausentes, la oposición del Partido Popular o Ciudadanos, y tantas asociaciones ciudadanas que forman parte de la vida pública de Castellón.
El acto fue presentado por Francisco Fernández. Comenzó con una intervención de la vicealcaldesa, de Compromís, breve y concisa. Siguió el discurso de la alcaldesa; y al final del mismo, por espacio de más de media hora, se leyeron las preguntas que los ciudadanos habrían formulado previamente a través de internet, mientras se invitaba a los asistentes a formular las suyas a través de cartulinas repartidas entre el público.
De esta forma y, en una primera fase, las preguntas formuladas llegaron a presentar cierto ‘tufillo’ a aquello de ‘pregúntame lo que hago para poder explicar cual ha sido mi gestión’. Las del público fueron algo más contundentes.
Prácticamente intervinieron todos los concejales, el que más, Rafa Simó, con temas relacionados con su área de gestión del territorio. Los que menos, José Luís López, por parte de Bienestar Social, y Sara Usó, que solo fue interpelada en materia de zonas rurales. Ni una sola pregunta sobre las fiestas.
La mejor anécdota: las palomas voladoras de Ripolles
Fue quizá la mejor anécdota de la tarde, que sirvió para refrescar un poco el ambiente.
El público preguntó por la restauración de la estatua de Ripollés en la avenida de Almazora… y la inclusión de las palomas que originalmente estaban asociadas a la escultura.
Y aquí la alcaldesa puso blanco sobre negro. Después de un largo proceso, indicado cuando el viento tumbó la estatua, se ha llegado al punto de que la empresa que financió la escultura ya no tiene responsabilidades sobre la misma. El escultor tampoco. Es decir, que si se quiere restaurar la escultura deberá ser el Ayuntamiento el que ponga el dinero para ello… y ‘las palomas voladoras’, cuestan algo así como 100.000 euros.
La declaración hizo que algunos se echaran las manos a la cabeza, otros se miraran y la mayor parte estallara en risas…
Y como dijo la alcaldesa… el Ayuntamiento no está para pagar 100.000 euros por las palomas porque ahora hay otras prioridades sobre la mesa.
El mejor anuncio: reducción de la base del IBI
Pero si lo de las palomas levantó risas, no sucedió lo mismo con el anuncio de la alcaldesa sobre la reducción del IBI del 2018
La explicación surgió a consecuencia de una pregunta presentada en al que se acusaba al equipo de Gobierno de haber subido el Impuesto de Bienes Inmuebles.
Amparo Marco lo negó y se explicó: El Impuesto de Bienes Inmuebles es el resultado de la aplicación e un impuesto nacional, que se fundamenta en la base catastral donde se recoge el valor de los inmuebles, y la aplicación de un porcentaje municipal.
La base catastral se actualiza por el Estado cada cierto periodo de años. La ponencia sobre Castellón fue modificada en plena burbuja y además porcentualmente todos los años. Pero además, para no aplicar de golpe aquella subida, se procedió a aplicar el gravamen de forma sucesiva en un periodo de diez años.
Es decir, afirmó, el Ayuntamiento este año ha bajado cinco puntos su porcentaje, pero la base catastral no, y sigue aplicando el gravamen anual comprometido cuando se actualizó la ponencia catastral.
Aunque el Ayuntamiento aprobó solicitar la revisión de la ponencia Catastral de Castellón para adecuarla a los precios actuales de mercado, durante la reunión mantenida este mes con los responsables de esta oficina, se le indicó que esta revisión está condicionada a la aprobación del nuevo PGOU.
No obstante comentó Marco, la buena noticia es que se firmó un compromiso por el cual la base del valor de los inmuebles de Castellón no actualizará el 10% el próximo año, sino que se rebajará en un 9%.
No podemos acabar con todos los desahucios, nadie puede
Lo más conflictivo, las preguntas de la plataforma Antidesahucios que no se cortó en poner sobre la mesa sus reivindicaciones: desahucios, probreza, servcios sociales, atención social…
En este terreno respondieron tanto la alcaldesa, como la concejal de Vivienda, y el concejal de Hacienda…
Y al final, la evidencia ganó a los discursos, en el sentido de que tanto Amparo Marco como Ali Brancal tuvieron que reconocer que se ha hecho mucho, pero se haga lo que se haga nunca es suficiente y no se puede dar soluciones a todo.
Concretamente y sobre los desahucios, la PAH informó que el día 8 de junio se desahuciará de su vivienda a una familia de 6 miembros.
Y Ali Brancal no pudo más que reconocerlo. Se ha trabajado duro, muy duro. Dinero para rehabilitación e vivienda, pendiente de lo que haga conselleria para no duplicar esfuerzos, 
conversaciones, acuerdo juzgados, colaboración con la concejalía de empleo para buscar alternativas a las personas que no pueden pagar sus hipotecas, intentos de informar, de retrasar lo inevitable, viviendas para algunas familias… para reconocer finalmente: “No tenemos soluciones para todos… pero seguimos trabajando”. No hay presupuesto ni personal para frenarlo.
Las nuevas ordenanzas en estudio
Se preguntó mucho sobre limpieza de solares, sobre la Marjalería, sobre desarrollo de zonas verdes. Y aquí fue Rafa Simó el que una y otra vez dio la cara y fue explícito en sus respuestas.
Para empezar, el Ayuntamiento prepara una nueva ordenanza de limpieza de solares y otra sobre vallas de publicidad. También plantea proyectos como una gran zona verde junto a Fernando el Católico. Un parque enorme, que tendrá que ejecutarse por fases, porque se va a realizar sobre suelo privado… y el Ayuntamiento no está en condiciones de expropiar.
Los condicionantes del PGOU
Y, en cualquier caso, Castellón se encuentra sin un Plan General, por lo que muchos de los proyectos están condicionados al planeamiento y suspendidos hasta que se resuelva y se apruebe en nuevo PGOU.
En este estado está la calle Palanques, la calle Quevedo, la ronda de Donoso Cortés…
Pero también la solución a la demanda de trasladar el parking de camiones de la calle de la Sardina en el Grao, o las reivindicaciones de servicios y limpieza en al zona de la Marjalería
Concretamente y en torno a la demanda de los vecinos de numeross áreas de la Marjalería, Simó reconoció que tampoco se van a poder mejorar muchos servcios de la Marjalería, porque “allí no hay viales, hay caminos”, se ha construido con una total falta de ordenación; no se puede actuar en zonas privadas…
Y además, como anunció Simó, la Conselleria exige a Castellón reducir en varios millones de metros cuadrados el suelo urbanizable de la Marjal, en correspondencia con un nuevo planteamiento que huye de la urbanización a cualquier precio.
El Plan Especial de la Marjalería, ha afirmado del concejal de urbanismo, no ha servido para nada, porque además presentaba una regularización imposible.
En circunstancias similares se encuentran otras demandas relacionadas con el Camí del Serradall y su entorno, donde también se reducirá el suelo urbanizable y en consecuencia se determinará cómo y de que forma poner las aceras y el carril bici que piden los vecinos; el Camí Fondo, o el Camí de la Plana y los entradores. El Ayuntamiento, dijo Simó, ha llegado a plantear la posibilidad de tapar la acequia para ampliar el vial, pero el coste se situaría entre los 4 y 5 millones de euros. Es demasiado caro y las prioridades son otras.
En otro orden de cosas, en respuesta a las preguntas formuladas, se informó que Castellón estudia el cambio de su denominación oficial en valenciano. Que la web del ciudadano estará lista para el 2019; que Castellón carece de Museo aunque se lo plantea, y no puede prolongar los horarios de la biblioteca porque solo hay un funcionario y carece de personal; o que la playa para perros es incompatible en verano con la bandera azul.
Se pidió también mejor accesibilidad para el edificio Menador y para el nuevo centro municipal de plaza Borrull; y el concejal de Ordenación del Territorio anunció que Castellón pretende seguir el camino de Alicante, para sustituir los bolardos por cámaras inteligentes… ¡Pero ojo!. No habrá bolardos, pero el que no cumpla será sancionado, las cámaras harán su trabajo. ¿Cuando? Cuando haya dinero.
