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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 21:08

El azulejo se desangra y Sánchez guarda silencio

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Nada. Nada de nada. El Gobierno de Pedro Sánchez no mueve ni un dedo por el futuro de la industria cerámica y todo lo que ello conlleva: la supervivencia del distrito cerámico castellonense, el mayor clúster cerámico de Europa, del que depende gran parte de la economía de toda nuestra provincia. La última de Sánchez es no contar con la cerámica en la nueva Ley de Industria…

La grave crisis que atraviesa el sector cerámico debido al desorbitado encarecimiento de la factura energética pone en peligro los puestos de trabajo directo de más de 17.000 personas, de las que ya hay 9.500 afectadas por los ERTES. Pero del sector cerámico dependen muchos más empleos. De hecho, estudios de la patronal Ascer apuntan a que son más de 70.000 las personas que dependen laboralmente de esta industria, ya sea de manera directa, indirecta o inducida.

Pero al PSOE no le importa mucho ni el presente ni el futuro de la industria cerámica. Pedro Sánchez guarda silencio ante las reclamaciones de los empresarios… El sector lleva demasiado tiempo pidiendo ayudas urgentes para poder seguir creando empleo y riqueza para todos, pero del Gobierno de España, el Gobierno del PSOE, solo ha recibido evasivas, palmaditas en la espalda o promesas tan irrelevantes como huecas.

La industria cerámica está atravesando la que, seguramente, es la crisis más grave de su historia reciente. Y es que se trata de una crisis totalmente coyuntural, sobre la que ni empresarios ni técnicos cerámicos pueden hacer nada. No se trata ni de producir más ni de hacerlo mejor. Ni siquiera se soluciona redoblando esfuerzos, como ha sucedido en otras muchas ocasiones, e incrementando las ventas a base de buscar nuevos destinos o nuevos nichos para las baldosas cerámicas ‘Made in Castellón’. Ya no hay márgenes para la optimización. No hay posibilidad de reducir costes.

El aumento de los precios de las materias primas y de la energía es tan alto que no resulta rentable mantener los hornos en marcha para producir pavimentos y revestimientos cerámicos. Las empresas no pueden repercutir la totalidad del aumento de los costes porque, entonces, pierden toda su competitividad y dejan el mercado global en manos de los terceros productores -principalmente asiáticos-, y si no lo hacen, pierden dinero por cada metro cuadrado comercializado… Difícil papeleta.

La industria cerámica castellonense necesita ayuda. De su continuidad y de su positiva evolución dependen muchos pueblos de nuestra provincia. Mi pueblo, Sant Joan de Moró, es un pueblo azulejero. Un pueblo que en gran medida depende de la marcha del sector cerámico, porque son muchas las familias cuya economía depende de esta industria. Y lo mismo pasa a nivel provincial.

Pedro Sánchez guarda un cobarde silencio mientras la principal fuente de ingresos de nuestra provincia se desangra. Y la primera medida que debe adoptar -y debe adoptarla ya- es la concesión de las ayudas de hasta 150 millones de euros por empresa cerámica que permite la Unión Europea, algo que ya hace Italia y Alemania. Y es que si no ponemos freno a esta situación corremos el riesgo de contagiar la crisis al resto de sectores y a la economía provincial. Ese debe ser la primera medida y luego hay muchas más.