Luis Andrés Cisneros.
A pesar de la persecución e intento de aniquilación de la lengua española por parte de los politicastros que nos chulean, hay que reconocer que nuestro idioma tiene una riqueza de léxico deslumbrante. Sin ir más lejos analicemos el refrán que da título a este artículo de opinión.
Las personas que más alardean de algo son, de manera apabullante, deficitarias en eso de que presumen. Veamos la tan traída, denostada y prostituida palabra Democracia. Casi todos los políticos sólo tienen en su estrecho y pacato vocabulario dicha palabra, de la cual ignoran, o más bien, se ciscan, en su significado real.
Y si no, fíjense ustedes en aquellos países que llevaban o llevan en su denominación la palabra Democracia. A saber, la extinta República Democrática Alemana, República Popular Democrática de Argelia, Congo, Timor Oriental, Etiopía, Laos, Corea del Norte, Nepal, no quiero aburrirles, aún quedan más y, como podrán comprobar, la democracia brilla por su ausencia en esos países.
Bueno, pues nosotros no podíamos ir a la zaga, en nuestra querida España todos los partidos pertenecientes al Postureo Político Correcto (o sea todos salvo VOX y poco más) se presentan como casi inventores de la palabra democracia, pero claro, se olvidan de decirnos qué es lo ellos entienden como significado de esa palabra de origen griego. Yo se lo diré, para que no inviertan tiempo en pensar, para ellos eso es lo que yo piensan y lo demás es fascismo, franquismo, populismo o todos los adjetivos que se les ocurran.
Veamos algunos ejemplos de palmaria actualidad, que nos ayudarán a discernir los múltiples significados que esta palabra mágica tiene. Para los secesionistas catalanes democracia es que tengan su república catalana, vejando y maltratando a los residentes en esa región que no la quieren.
Para el Okupa de La Moncloa que, no lo sacará de allí ni, si aún viviera, el coronel Otto Skorzeny, que fue quien liberó a Mussolini de sus captores italianos, democracia es hacer renacer el odio entre los españoles y exhumar el cadáver del General Franco.
Para la azotadora del diccionario de la Lengua Española, Calvo, la democracia es imponer la ideología de género sin importarle pisotear las leyes ni el ordenamiento jurídico español, cargándose el principio básico de la presunción de inocencia.
El significado que la palabra democracia tiene para el señor Rivera es decir hoy esto, mañana lo contrario y, sobre todo, seguir mirando para donde sopla el viento y remar siempre a tenor de lo que digan las encuestas.
Más peligroso es lo que entienden los podemitas sobre dicha palabra de origen griego. Ellos lo han reducido a una ecuación elemental. Todos los que piensen distinto al marxismo de manual, son terroristas de la democracia. Y si no tienen simpatías por los bolivarianos, iraníes, o ilegales sin papeles son dignos de ser eliminados.
¿Y, que piensa el PP? Pues qué va a pensar; democracia es seguir manteniendo el tinglado que les sustenta, por lo que si eres demócrata tienes que ser un firme defensor de las autonomías e instalarte en el cómodo regazo de sus prerrogativas.
Para toda esa gente los españoles no somos más que un mal necesario ya que, sin nosotros, sus pingües beneficios crematísticos se verían ampliamente mermados, y cuando uno se acostumbra a vivir bien, hay que conservarlo, aunque sea a costa de los conciudadanos.
Las Fuerzas de Seguridad, la Judicatura, y el ciudadano de a pie, sólo pueden ser demócratas cada vez que haya un periodo electoral. Entonces se les bombardea con campañas para que vean lo bonito que es que vivan en un país con una democracia dictatorial.
No olvidemos a los medios de comunicación, que sustentados en el maná de las subvenciones emplean sus dardos informativos para escribir al dictado de lo que sus patrones políticos les dictan, o más bien, ya se lo pasan escrito y se dedican al ‘copiar y pegar’. Algunas excepciones hay, las menos.
La democracia ¡Oh milagro! Nos ha hecho ver que la Historia que está escrita y documentada desde hace años es falsa, que los niños no son niños, ni niñas, o sea que no se sabe bien lo que son, la de años que hemos estado confundidos, desde los caldeos y los babilonios.
Por nuestros lares ¿qué pasa? Más de lo mismo si no fuera por la democracia del antiguo corresponsal en Morella de la emisora del Obispado y de la neussense Oltra, no hubiéramos aprendido que el valenciano es requisito indispensable para poder trabajar en la función pública. Claro lo que pasa es que los que hablan español no son demócratas.
O sea que dentro de poco el que no hable, piense y viva en catalán-valenciano será tildado de facha, franquista y antidemócrata y, correrá el riesgo de ser expulsado, en el mejor de los casos, a la reserva española que situarán por la zona de Barracas, pero en la provincia de Teruel, no vayan a contaminar.
Mientras eso ocurre, los ilegales serán bienvenidos, subvencionados y puestos por delante de los que son tan soeces que hablan un idioma extraño, que sólo lo utilizan más de 500 millones de personas en todo el mundo.
Si bajamos a nivel de ayuntamiento, me gustaría decirle a CIS García que ya que él está tan orgulloso de los presupuestos participativos y en vista que su ilusión es que los catalanes y valencianos tengan su derecho a decidir, a nosotros también nos gustaría poder decidir el sueldo que perciben todos los concejales, las subvenciones que dan, y que, en un gesto de democracia de verdad, dejen que el pueblo de Castellón decida sobre las subvenciones y su cuantía. ¿No cree usted que esto sí sería democracia?
Pero claro, eso no sería democracia, o por lo menos no tal como la entienden ustedes y para hacerlo hay que tener valor y coherencia. Y estar dispuesto a que los contribuyentes decidan que cobran demasiado. ¡Pero claro, eso para usted no es democracia!
Y, como siempre, y más en los tiempos que corren mi despedida es…….
Recuperemos las competencias y ¡¡VIVA ESPAÑA!!
