Al igual que hace casi 15 años cuando, también con un gobierno socialista, cuando Costas derribó los hostales Pinche y Chavarro los derribos han vuelto a la playa de Moncofa.
Esta semana han desaparecido tres viviendas de primera línea de la playa. Era una muerte anunciada, y asumida por sus propietarios, pero no por eso menos dolorosa. El origen de las viviendas era más que centenario, se remontaba a mucho antes de la construcción del Puerto de Burriana y originariamente eran un almacén de carga para la exportación.
Con el tiempo y en aplicación de la ley de costas estas familias perdieron sus legítimas propiedades, pasando simplemente a tener una concesión que finalmente Costas, bajo amenaza de cuantiosas multas, les ha obligado a derribar.
La playa de Moncofa, al igual que muchas de la Comunidad Valenciana, no se entendería sin las casetas de primera línea, no queremos convertirnos en mini-Benidorms, con bloques de apartamentos a primera línea de la playa. Queremos mantener nuestra historia, nuestro patrimonio ya centenario, que nos diferencia y que, a la vez, es mucho más respetuosa con el medioambiente. Pero el Gobierno y su negativa a modificar la ley nos lo impide.
“Derribos si, espigones no”, podría ser el lema del gobierno actual. Al sur de la Avd. Mare Nostrum el gobierno nos ha planteado la destrucción de la mitad de la avenida Mare Nostrum cediéndolo al mar sin, ni siguiera, el refuerzo de los espigones. Nos negamos.
En el Cami Cabres ya está sobre la mesa el proyecto de espigones del Estudio de 2015, recortado y de la mano de un nuevo deslinde. ¿Y que es un deslinde? Pues supone la pérdida automática de la propiedad, es decir lo que fue tuyo porque lo heredaste o lo compraste, deja de serlo, por decisión ministerial. A pesar de que el gobierno sea el principal causante de la regresión o durante décadas no haya hecho lo suficiente para proteger el litoral.
En Moncofa se puede ver claramente la efectividad de los espigones. En la playa del Grau, los espigones (que necesitan de un mantenimiento urgente) han frenado la regresión y los daños ocasionados por los temporales son mucho menores que en las playas del Belcaire o del Cami Cabres. Sin embargo, esto no es una opción para el gobierno actual. Derribos si, espigons no.
La postura del actual gobierno parece clara, renaturalizar dicen, destruir digo. Y si el gobierno no esta dispuesto a cambiar de postura la única solución parece ser es cambiar de gobierno.
