Muchas poblaciones han sido las que han sufrido aglomeraciones en sus respectivos paseos o calles
El sol ha salido hoy sobre el cielo radiante, quemando muy fuerte sobre nuestras pieles: “Lo primero que he hecho es mirar hacia el cielo”, ha asegurado Ferran Matías Sorribes, un joven castellonense que ha salido a hacer deporte por la Avenida Valencia. Hoy los deportistas ya podían salir desde las seis hasta las diez de la mañana. “Libertad”, define con sólo una palabra el sentimiento que le ha embargado a Carlos Cuesta Martínez, un joven de la Vilavella que ha salido también a correr: “Aunque me he notado desgastado”, ha confesado con risas. Alegría es lo que sienten los deportistas mezclado con una pequeña dosis de temor ante el coronavirus: “Pero las ganas de salir son más fuertes”, asegura Ferran Matías al otro lado de la línea del teléfono.
Tàrsila Galdón/Castellón Información
Fotos: Ximo Tirado/Juan José Benito/Susana Barberá
El Boletín Oficial del Estado se publicaba ayer para aplicar las últimas mesuras de la desescalada por parte del gobierno: las franjas horarias en las que tanto deportistas, como mayores, como pequeños pueden salir a disfrutar del aire. Las franjas horarias están muy bien estipuladas en el BOE: Los deportistas podrán salir de seis a diez de la mañana y también, de ocho a once de la noche. Por su parte, las personas dependientes que necesiten ir acompañadas y las personas mayores de 70 años podrán salir de diez a doce de la mañana, una vez los deportistas les hayan calentado el asfalto.
Los niños, que ya pudieron salir, podrán seguir haciéndolo con las mismas condiciones de doce de la mañana a siete de la tarde. Una vez estas condiciones están claras, han sido mucho los deportistas que han querido madrugar para evitar las aglomeraciones. Carlos Cuesta Martínez así lo ha hecho, porque ha asegurado que sí que sentía cierta inquietud al ver cómo reaccionaron en Vilavella los padres y los niños: “No fueron demasiado responsables”, admite. Pero esta vez sí que se ha sorprendido, ya que ha visto a muy pocas personas y todas bastantes responsables.
Berta Romero Forcada, una joven almassorina de 20 años, ha manifestado que ha visto muchísima gente en Santa Quiteria: “Incluso gente que no ha hecho deporte en su vida”. En Almassora, los lugares más comunes para hacer deporte sí que se han saturado, Benita Martínez López ha ido a correr por el río: “hay muchísima gente en bici y corriendo, también andando, muy pocos con mascarilla”, cuenta de su propia experiencia. Ella ha ido acompañada de su marido, aunque asegura que como le lleva otro ritmo, han ido totalmente separados.
La inquietud también es una sensación que se puede llegar a sentir en los cuerpos tanto de los mas jóvenes, como de los más mayores. Hay de todo, también personas que se sienten relajadas: “No, no tenía miedo, tenía muchas ganas, aunque no sabía lo que me encontraría”, ha asegurado Benita Martínez. Con cierta dosis de resignación, Berta Romero López ha manifestado que, tal vez, miedo no, pero sí “respeto”. Califican de llena de incertidumbre la situación por la que están atravesando: “tenía miedo de enfermar o de apegar la enfermedad”, admite Benita Martínez, aunque asegura que ahora, el miedo es lo económico.
Con el cuerpo cansado por haber podido por fin hacer deporte, los deportistas se han despedido del sol de la mañana para dejar paso a las personas dependientes y mayores de 70 años, que también tienen derecho a disfrutar de su franja horaria. Jose Luís Sánchez, un corredor nato, ha asegurado que los primeros ocho quilómetros le han sentado genial: “pero estoy desentrenado, los últimos dos han sido horribles”, ríe. Pero ahora, podrá volver a ponerse en forma, aunque con precaución.
