La feria ha arrancado este lunes, en la resaca de unas elecciones que han dejado el país transalpino tambaleando, mientras los productores de la provincia calibran también cual será su futuro
Arranca la feria Cersaie en Bolonia con la mirada puesta en la crisis que vive el sector cerámico español.
Más de 100 empresas españolas, la mitad con sede en la provincia de Castellón, se han desplazado hasta Italia para mostrar al mundo que están a la vanguardia y que el alto coste de las materias primas y del gas no podrán con ellas. Pese a ello, la feria llega en un momento complicado, con más de 20 compañías azulejeras de la provincia en ERTE y con los trabajadores pidiendo que sus salarios se ajusten al precio del IPC.
Pese a los problemas que se avecinan en el mundo cerámico, lo que queda claro es que la feria boloñesa servirá de calibre para oberservar en que momento se encuentra la cerámica europea, ya que tanto los productores españoles como los italianos están padeciendo las mismas problemáticas.
Resaca electoral en Italia
La feria llega también justo después de que la ultra derecha haya ganado las elecciones italianas. Está también por ver que relación tendrán los Meloni, Salvini y Berlusconi con Cofindustria Ceramica, la patronal azulejera italiana, que de momento se da por satisfecha por haber sido la feria más internacional y masiva del sector a la espera de que Cevisama vuelva el próximo mes de febrero.
Las ventas mejoran, pero se pierde dinero
Por lo que respecta a las ventas, si nos ceñimos a los resultados, según Ascer se ha vendido un 1% más que el año anterior, pero el sector español sigue con pérdidas porque las materias primas cuestan más, así como la electricidad, lo que encarece el producto y favorece que los productores low cost empiecen a comer la tostada a españoles e italianos.
Por eso Cersaie servirá como el verdadero térmometro para conocer que camino cogerán las industrias cerámicas españolas.
