Pedro Tejedo. Abogado.
La crisis abierta entre el PSOE y el PSC sirve para reflexionar sobre la necesidad de que existan partidos de ámbito nacional. El problema no es que el PSOE no exista en Cataluña o que el PP durante años no existiese en Navarra, sino que dichas circunstancias no son sino síntomas de un problema más profundo que se da en esos dos partidos y en IU.
El problema estriba en que más que hablar del PP o del PSOE, y no digamos ya de IU, hay que hablar de los 17 PP o de los 17 PSOE (16, pues no existe como tal en Cataluña). Ambos partidos defienden, en muchas ocasiones, cosas diferentes según la comunidad autónoma en la que se encuentren. Así, a vuelapluma y sin levantarme a mirarlo que diría el maestro Umbral, se me ocurren estos casos:
- El PP y el PSOE defienden el AVE a Galicia en dicha autonomía, y lo rechazan en la valenciana.
- El PP valenciano defiende, o defendía, el transvase del Ebro y el PP aragonés y catalán lo rechazan.
- El PP y el PSOE aprobaron en la Asamblea de Madrid su apuesta por el corredor central. Sin embargo el PP y el PSOE, perdón el PPCV y el PSPV, dicen defender el corredor mediterráneo.
- Deudas históricas para con las distintas autonomías. El PP y el PSOE defienden en las distintas autonomías una presunta deuda histórica que el Estado tiene con cada una de ellas. Claro, de lo que se olvidan el PPCV y el PSPV, por poner el ejemplo más cercano, es de decirnos que sus hermanos, o primos, o lo que sean, andaluces, entre otros, hacen la misma reivindicación y además por una cantidad superior, con lo que resulta que si se atienden todas las presuntas deudas históricas por parte del Estado, va a resultar que algunos ciudadanos, por ejemplo los valencianos, vamos a pagar por ese concepto con nuestros impuestos mucho más de lo que recibirá el gobierno autonómico valenciano, que no los valencianos, del Estado.
- La financiación autonómica. No oirán nunca al PP y al PSOE de una determinada comunidad autonómica decir que esa autonomía está justamente financiada por el Estado, y si lo oye será porque en realidad está suprafinanciada.
En vez de tener una visión de conjunto en el tema de la financiación autonómica y defender un criterio único aplicable a las distintas comunidades autonómicas, los 17 PP y los 17 PSOE, perdón, 16, PSC en Cataluña, defienden cada uno de ellos un criterio diferente de financiación que casualmente coincide, no con el más justo, sino con el que más le conviene en cada caso.
El PPCV y el PSPV afirman que la Comunidad Valenciana está infrafinanciada. Por una vez, y sin que sirva de precedente, aciertan, pero su acierto es el propio de los relojes parados que aciertan la hora dos veces al día.
Lo que no puede defenderse es que la Comunidad Valenciana está infrafinanciada, lo que es cierto, y defender simultáneamente la suprafinanciación del País Vasco y de Navarra, dentro de poco también de Cataluña, tal y como hacen PPCV y PSPV, porque es evidente que para que haya una financiación autonómica justa ninguna autonomía debe estar suprafinanciada a costa de que otra u otras estén infrafinanciadas. Por lo tanto, para reivindicar coherentemente una más justa financiación de la Comunidad Valenciana hay que rechazar el cupo vasco y la aportación Navarra, privilegios que se sustentan en el muy reaccionario y predemocrático concepto de unos supuestos derechos históricos.
Para poder considerar al PP y al PSOE partidos de ámbito nacional, no solo el PPCV y PSPV deberían defender la eliminación del cupo vasco y de la aportación Navarra, cosa que por otra parte ni siquiera hacen, sino que también y principalmente debían hacerlo el PP y el PSOE en el País Vasco y Navarra. ¿Parece imposible? Pues es imprescindible para poder ser considerado un partido de ámbito nacional y, por cierto, UPyD sí lo hace.
Por estas razones, entre otras muchas, es por lo que se necesita que existan partidos de ámbito nacional que defiendan la igualdad de los ciudadanos españoles con independencia de su lugar de residencia. Desgraciadamente los dos viejos partidos dejaron hace años de cumplir esa función, que además servía para vertebrar España. En efecto, un país como España, con instituciones democráticas débiles colonizadas por los dos viejos partidos políticos que se han arrogado las funciones que aquéllas debían desempeñar, se ve fragmentado cuando esos partidos pierden su carácter nacional y se fragmentan en tantos franquicias de esos mismos partidos como comunidades autónomas existen.
Porque cuando un ciudadano introduce en Castellón, en Tarragona o en Teruel una papeleta del PP ¿PPCV, PPC, PPA? o del PSOE ¿PSPV, PSC, PSA? en la urna ¿está votando al mismo partido?
