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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 21:31

Perros paseados por cerdos

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José Vicente Ramón Moreno.

Estimados lectores, no crean que estoy haciendo la competencia a Tomás de Iriarte y Félix María de Samaniego, maestros, donde los haya, en la narración de fábulas con enseñanzas ocultas fáciles de asimilar, sobre todo, para el público infantil.

Estoy constatando una realidad que, día a día, parece que va en aumento y que, si las autoridades municipales no se lo proponen seriamente, acabará siendo un grave problema por la dejadez de algún@s energúmen@s más puerc@s que sus tocayos de cuatro patas.

Es insufrible dar veinte pasos y encontrarse alguna que otra ‘primavera’, de diferentes tamaños, dejada por total impunidad por algún componente de la cabaña porcina que habita nuestro país, aunque sea de cualquier nacionalidad (pues gorrin@s los hay de todas las procedencias).

Creo muy necesario que nuestros policías locales apliquen la normativa vigente a rajatabla y no permitan que nuestra ciudad sea una alfombra de excrementos caninos porque sus dueños sean tan marran@s que no puedan salir de casa con un par de bolsitas y varios papeles de cocina (que caben en cualquier bolsillo) para no dejar rastro de su paso por nuestras aceras.

Estoy convencido que si al/a la guarr@ que lo hace le pusieran una buena sanción, la vez siguiente se lo pensaría un poco más antes de abandonar las heces de su perro.

Debo decir que en casa tenemos un par de perros a los que paseamos cuatro veces al día y me molesta que todas las ‘denominaciones de origen’ que he expresado en el artículo las apliquen de forma genérica sobre todos los que tenemos el placer de disfrutar de la compañía canina y, sin embargo, respetamos a nuestros conciudadanos y recogemos los desperdicios que nuestros perros echan en la calle, como hacen, y me consta, muchos conocidos que los tienen.

Pero no me cansaré de repetir que hay algunos perros paseados por cerdos y lo digo con el máximo respeto hacia esos animales que nos facilitan tantos y tan buenos productos como el jamón, pero sin el más mínimo hacia los de dos patas.