Rafa Cerdá Torres. Abogado.
Si faltaba algo más al corrupto panorama patrio, la ‘Operación Edu’ ha añadido la guinda al suculento pastel de las prebendas y el despilfarro, amén del saqueo más pertinaz de los dineros públicos, con la que los españolitos nos vamos desayunando todos los días desde hace demasiado tiempo. Les pongo en antecedentes: la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales de la Policía, y funcionarios de la Unidad de Recaudación de la Tesorería Generala de la Seguridad Social, han destapado en la provincia de Málaga un uso fraudulento por parte de entidades docentes, centrales sindicales y asociaciones patronales, de los Fondos destinados a la formación de trabajadores desempleados. Estos Fondos, sufragados por la Unión Europea y la Administración General del Estado, tienen como destino financiar todas aquellas actuaciones formativas dirigidas a mejorar las capacidades profesionales y los conocimientos técnicos de los desempleados, sufragando la organización de cursos, talleres y módulos de formación.
Organizaciones de todo pelaje y condición, con la simple finalidad de llenarse los bolsillos, crearon todo un montaje de actividades formativas sobre el papel, con nula incidencia hacia los trabajadores inscritos en los servicios públicos de empleo, y con la simple aportación de facturas, se llevaban un buen pellizco de los Fondos. Cursos con contenido tan dispar como el manejo de helicópteros, hicieron saltar las alarmas tanto de la propia Unión Europea, de la administración de la Seguridad Social y al propio Ministerio de Empleo. Los números no es que no cuadrasen, sencillamente el dinero estaba desapareciendo delante de los propios gestores públicos, cuya pasividad ha resultado escalofriante. Al mismo tiempo que se cobraban voluntades mediante una verdadera red clientelar de dependencia y compadreo, con un claro trasfondo político: si la Junta cambia de manos, el chiringuito tal y como se conoce se acaba, finalizando el lucrativo negocio de montar falsos cursos, o bien detentar la organización de ciclos de formación laboral con carácter exclusivo.
De momento el ámbito de investigación se centra en una provincia andaluza, pero a medida que las pesquisas vayan extendiendo su ámbito de indagación, la magnitud del fraude puede adquirir proporciones descomunales. La ‘Operación Edu’ ha desenmascarado una verdadera mafia laboral de la que se están aprovechando verdaderos sinvergüenzas enquistados en centrales sindicales y otras de similar pelaje, con una vergonzante pasividad, cuando no activa complicidad de organismos dependientes de la Junta de Andalucía. Todavía es pronto para conocer el verdadero alcance del fraude cuya punta de iceberg se está oteando, y en la medida que sirva para reforzar los controles de transparencia y adecuada justificación del destino de todo tipo de subvención pública, la acción de las Fuerzas de Seguridad del Estado y del Ministerio Fiscal supondrá un verdadero paso adelante, además de comportar un aviso a navegantes frente a todos aquellos que conciben las relaciones con las administraciones públicas como una oportunidad para lucrarse.
Si la corrupción política es vomitiva, la que tiene su origen en la malversación sobre fondos y recursos destinados a paliar la dificilísima situación de millones de personas sin empleo, sencillamente se acerca a la repugnancia. El binomio ‘Tú te formas-Yo me forro’ debe transformarse en ‘Robas-A la cárcel’....
