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martes, 16 de abril de 2024 | Última actualización: 21:04

El regreso de los dioses

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Pascual Montoliu. Ha sigut capellà, professor d'antropologia i teologia, i tècnic comercial.

Ese Olimpo hispano llamado Moncloa es una trituradora de líderes de partidos, que los destruye hasta convertirlos en divinidades. Sólo dos hubo que no llegaron a tanto. Suárez, que dimitió por humano; y Calvo Sotelo que, por efímero e inteligente, jamás cayó en tal pedantería. Los otros tres se creen más dioses que Júpiter Capitolino o el propio Zeus del  Olimpo.

Esta semana, con sólo una diferencia de horas, han regresado de sus mausoleos dorados dos de ellos. Primero fue Aznar en Antena 3 y después Zapatero en TVE. El primero emergió en calidad de Sancho queriendo enmendar la página a ‘su’ señor Alonso Quijano, un tal Rajoy, otrora criada sumisa y ahora respondona. Desde antes del congreso de Valencia que trata Aznar de usar la goma de borrar su error dedocrático. Lo ha intentando varias veces con el auxilio de doña Esperanza. Intentos fallidos. Hasta que, armado de más valor que artillería, se decidió a salir él mismo al ágora para advertir que su responsabilidad le llama a salvar a su partido y a su país. Vamos, que se postula candidato y alternativa, como orquestan los medios afines al PP de Aznar y reacios al PP de Rajoy. Un cisma en ciernes.

Por polémicas que sean, más que las decisiones, las indecisiones de Rajoy, los modales de su antiguo preceptor no soportan un somero análisis democrático. Esas cuestiones se ventilan en casa, con debate interno, luz, taquígrafos y el voto de las bases supuestamente soberanas. Aznar ha elegido el estilo dinamitero. Olvida que su milagro español resultó sólo ser el timo, no de la estampita, sino de toda la banca europea que aquí hizo su agosto con la anuencia y bendiciones de su gobierno. Vaya milagro, donde su autor que fue Rato, tiene que tragarse ahora parte de aquellos sapos. Nos han quedado las migajas de las viviendas sin vender y las cajas desvencijadas. ¿Cómo se puede tener tan cara dura y presentarse como solución quien ha sido parte del problema?

Tal vez los celos, que según la mitología griega son pasión muy divina, han impulsado a Zapatero a no ser menos y  a salir del silencio de su sepultura política. Ahora que el PSOE anda en horas cabizbajas y que Aznar inicia su campaña personal, parece que el otro dios sale en defensa de su sucesor al tiempo que nos recuerda a todos que “un ex-presidente de gobierno se merece un respeto”. Sibilino y diplomático, trata en realidad de ponerse la propia venda en su herida que sufrimos todos. Se equivoca Zapatero. Quienes nos merecemos un respeto somos la ciudadanía ofendida con sus declaraciones y entrevistas. Quien durante más de dos años y contra toda evidencia negó contumaz la crisis no puede ahora justificarse con la imprevisibilidad de aquélla. Quien avivó el fuego de la soberanía catalana no puede decir ahora que se trata de un desvarío.

Vale más que se callen y estén quietos. Son recuerdos a olvidar. El primero, por sus delirios de grandeza vertidos como la lechera del cuento. El segundo, porque más que un sueño fue una pesadilla. Me he tomado ambas comparecencias como una falta de respeto a toda la ciudadanía.