Miguel Ángel Cerdán. Profesor de Secundaria.
¿Han visto ustedes la película 'Troya', donde Brad Pitt encarnaba al héroe Aquiles, el mayor guerrero griego? ¿Se acuerdan ustedes de Patroclo, su primo en la película? Pues bien, Patroclo no era el primo de Aquiles, era su amante. ¿Saben ustedes además que los espartanos, encarnados en la película “300” como defensores de las Termópilas y comandados por Leónidas, eran en su mayor parte homosexuales y combatían en parejas para darse valor? ¿Conocen ustedes que Alejandro Magno, el mayor conquistador de la Antigüedad, casi enloquece cuando su amante y amigo Hefestión muere? ¿Saben que de Julio César se decía, como escribe Suetonio, que “era el marido de todas las mujeres y la mujer de todos los maridos”?
Tiempos oscuros estos de nuevo donde conviene recordar y hacer ejercicios de pedagogía sobre lo obvio. Tiempos oscuros estos donde la España casposa, cejijunta, intolerante y con tendencia al fascismo vuelve por sus fueros. Me refiero por ejemplo a esa página de Facebook llamada “Fundación marido y mujer”, donde se veja a los homosexuales, se les insulta gravemente y se afirma que “los que apoyan la homosexualidad son enfermos mentales llenos de odio”. Es más, se llega a apoyar implícitamente la decisión de Uganda de condenar a cadena perpetua a los homosexuales.
Facebook de momento se niega a cerrar esa página; por ello será cuestión de insistir y de que insistamos en que una página así no puede estar en las redes sociales, incitando al odio y a la homofobia. Se podrían poner más ejemplos de otras publicaciones. Ahora bien, lo más grave sin duda es que todo esto, aunque sea de forma diluida de momento, se acabe trasladando a instancias oficiales.
En este sentido, hay que denunciar la decisión de Rajoy de firmar un convenio con Putin donde se prohíbe adoptar niños rusos a gays españoles. O las palabras de Cifuentes cuestionando la manifestación del día del Orgullo Gay. Son ejemplos de que puede que se haya iniciado un peligroso camino que creíamos ya superado. Y es que conviene recordar como hace bien poco los gays españoles eran perseguidos y discriminados, y lo que costó instaurar el matrimonio homosexual. Eran tiempos oscuros que no debemos permitir que vuelvan de ninguna de las maneras. Está en juego no sólo los derechos de los homosexuales sino también nuestra propia condición de sociedad abierta y tolerante. Estemos vigilantes pues.
