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viernes, 19 de abril de 2024 | Última actualización: 00:44

España no es Grecia

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

Estamos en Noviembre de 2015. Acaban de conocerse los resultados de las elecciones generales en España. El partido Podemos, ha resultado ganador por casi mayoría absoluta (174 escaños). El PP ha quedado segundo con 120 diputados. UPyD, Ciudadanos e IU han entrado en el Parlamento pero sin apenas fuerza decisoria. El PSOE  ha quedado muy descolgado en quinto lugar y se disputa con IU el privilegio de formar coalición con el ganador lo que permita a éste alcanzar la mayoría absoluta y a Sánchez, Díaz o Garzón seguir siendo alguien en el nuevo panorama político.

Iglesias se dispone a poner en práctica el programa electoral que le valió el apoyo de las masas: subvenciones de forma indefinida para todos los parados, punto final a los desahucios, renegociación de la deuda externa, reducción radical del presupuesto de defensa sin excluir la salida de la OTAN, aumento del porcentaje de presupuesto dedicado a sanidad y educación, enfrentamiento sin complejos con el Banco Central Europeo, el FMI y la Eurozona, enfriamiento de las relaciones con Angela Merkel, fin de la política de austeridad.

A Podemos le importa poco que ante semejantes planes las grandes potencias y las instituciones financieras vayan a retirar los créditos y las inversiones destinados a España, con carácter inminente. No cree que sus días en la Eurozona estén contados: la salida de España del Euro supondría un empobrecimiento de nuestro país del 20% pero conllevaría tal cataclismo económico en Europa que los países socios harán lo necesario para evitar semejante situación. España y Europa se adentran en la etapa más peligrosa de su historia desde la segunda guerra mundial.

Hasta aquí la ficción y el túnel de los horrores. No estamos en Noviembre sino a fines de Enero de 2015 y donde acaban de celebrarse elecciones no es en España sino en Grecia y, como todos sabemos, España no es Grecia: nuestro país tiene cuatro veces la extensión del helénico, cuatro veces su población, cinco veces su PIB, que en el caso de España no cesa de crecer y en el de Grecia, debido a su progresivo empobrecimiento, no hace sino declinar. A su vez la deuda externa de Grecia ha crecido hasta el 175% de su PIB, mientras que la española es del 104% (lo que también es preocupante).

Es la primera vez que ocurre en Europa en toda la Historia contemporánea, el triunfo de un partido comunista en unas elecciones libres. Ello explica, entre otras razones, el gran revuelo que la noticia está despertando en el mundo occidental. Un ruido que va mucho más allá de la trascendencia económica del país heleno que solo representa el 2% del PIB de la Unión Europea.

Bien es cierto que el fracaso de cualquiera de los 28 miembros de la Unión, se trate de un país grande, mediano o pequeño es igualmente grave y conllevaría un duro golpe a la organización en su conjunto, pero no cabe duda que los ajustes para recomponer la situación de la UE, serían mucho más complicados si tuvieran que hacerse respecto a un país que representa el 10 o el 20% de la organización que frente al que solo alcanza el 2%.

En los próximos días veremos cómo reacciona Bruselas a las exigencias negociadoras de Atenas, buscando suavizar las condiciones de la devolución de su deuda o incluso si es imaginable una condonación. Por el momento, la Troika ha insistido en que los acuerdos deben ser cumplidos y que los 28 y aun más los miembros de la eurozona no están en condiciones de rescatar por tercera vez a un país que es el principal responsable de sus problemas.

Por mencionar el caso de España, nuestro país no está en condiciones de ser benevolente con la deuda griega ya que 26.000 millones de aquella han sido aportados por nuestros contribuyentes. Por añadidura, el actual gobierno en modo alguno favorecería cualquier actitud comunitaria que favoreciera la andadura del nuevo partido griego lo que daría alas a cualquier otra formación hermanada con aquel.

Si Grecia y los griegos están en graves apuros, tan graves que han decidido lanzarse en brazos de quien les ha prometido de forma irresponsable resolverlos, deben saber que los culpables de todos sus males son sus instituciones, sus dirigentes y su propia ciudadanía que han estado viviendo muy por encima de sus posibilidades. Veremos si Tsipras consigue enderezar la situación. Permítanme dudarlo. Haría falta un milagro tan grande como el de los panes y los peces. Por el momento y en los escasos días que lleva al frente del país, la bolsa griega ha caído un 15%, la prima de riesgo ha subido hasta 1020 puntos y está habiendo en Grecia una fuga masiva de capitales rumbo al colchón o a lugares del mundo más seguros.

Cerraré reiterando que España no es Grecia. Podemos tampoco es Syriza. Syriza es bastante más moderado y fiable que Podemos.