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viernes, 29 de marzo de 2024 | Última actualización: 12:39

Dilemas morales

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Jorge Fuentes. Embajador de España.

Hay afirmaciones que en pocos días han quedado tan obsoletas que ya nadie, y menos aún los dirigentes políticos, se atreverían a pronunciar: "El virus no afectara gravemente a España" (Simón), "Nos va la vida el asistir al 8M" (Calvo), "Tenemos el mejor sistema sanitario del mundo" (todos).

Esta última frase merece algún comentario adicional. Cabría resumirse en que nuestro sistema es bueno para tiempos ordinarios, para hacer frente a las patologías habituales pero está probando ser insuficiente para hacer frente a una pandemia de proporciones bíblicas. Bien es cierto que ningún sistema del mundo puede estar permanentemente preparado para una agresión sanitaria de la envergadura del Covid19.

Ahora bien, ante la aparición de esta pandemia cabe reaccionar adecuadamente como lo han hecho Corea dl Sur, Singapur, Alemania, Hungría, Eslovaquia, Polonia o incluso China o hacerlo con retrasos culpables y con decisiones tímidas cuando no erróneas como ha sido el caso de Italia, Francia, España y Gran Bretaña.

El caso de España es el que más debe preocuparnos por tratarse de nuestro país y por afectar a nuestra salud y quién sabe si no a nuestras vidas. Y aquí se han dado un cúmulo de circunstancias que acaso aclaren la difícil situación en que nos encontramos.

En primer lugar tuvimos la desgracia de que la pandemia nos asaltara cuando acabábamos de estrenar un gobierno de coalición, no precisamente bien avenido, en que muchos de sus integrantes oscilan entre la incompetencia y la ignorancia.

Tal fragilidad política es particularmente notable en terreno sanitario en que sus cabezas visibles -Illa y Simón- resultan ya patéticos.

Y es inquietante cuando vemos las apariciones de los dos líderes de la coalición -Sánchez e Iglesias-, ambos en cuarentena, expulsando viruses políticos y clínicos, buscando réditos políticos antes que sanitarios y con su aire de enterradores, nos transmiten sentimientos derrotistas antes que de resistencia y superación.

Lo peor en la situación actual no es que los hospitales carezcan de material, que tengamos que recurrir a hospitales de campaña (mil gracias al estamento militar), que tengamos que mendigar ayuda de todas partes, incluida China, para adquirir material indispensable como son uniformes, mascarillas, guantes y sobre todo respiradores.

Lo peor es la inaceptable filosofía con la que los responsables están reaccionando ante el crecimiento exponencial de los afectados. Ni los nazis lo hubieran hecho de forma más cruel. Toda esta gente parece haber revisado a Darwin.

En una situación desbocada, los cerebros pensantes andan rumiando en cómo seleccionar a los enfermos, a quién priorizar, a quién salvar. Es una nueva ‘Decisión de Sofía’ en que una madre abocada a Auschwitz tiene que escoger a quién salvar, a su hija o a su hijo.

Nuestros cabezas pensantes afinan más y dicen que deben priorizar a quienes tengan más responsabilidades a su cargo, pero ¿Qué clase de responsabilidades? ¿Políticas, familiares, laborales? En el caso de las familiares sería muy lógico pues todos nosotros preferiríamos morir antes que ver morir a nuestros hijos o nietos. No creo, sin embargo, que nadie estuviera dispuesto a dejarse la vida por salvar la de nuestros incompetentes líderes políticos que nos han metido en este embrollo.

Otros ‘listos’ han decidido clasificar a los enfermos  en diversas categorías según su gravedad, dos de las cuales deberán ser desechadas y por tanto carecerían de atención médica.

Un tal enfoque del problema, así como la valoración social del paciente, son totalmente inaceptables, responden a un pensamiento primitivo y son profundamente inmorales. ¿Acaso van a valorar a un rico antes que a un pobre?, ¿a un abogado antes que a un obrero? ¿A un político antes que a un sacerdote? ¿Es éste el dilema moral a que se refería Sánchez en su increíble alocución de anoche?

Lo que estamos viendo ante nuestros ojos parece sacado de las peores ficciones de hace casi un siglo. Ya tenemos confinamiento hasta el día 12 de Abril. Los balcones están calentándose por minutos. Como el gobierno y los expertos no enderecen la situación no sé si podremos esperar a que todo esto pase y si no será necesario aplicar responsabilidades ya.