Francisco García Igual. Jefe Desarrollo Empresarial de la Cámara de Comercio de Castellón.
La preocupación por el medio ambiente se ha instalado en nuestras vidas, en nuestro entorno y ha llegado a las actividades empresariales. Lo que parecía ser una moda pasajera se ha convertido en un asunto cotidiano que alcanza a múltiples áreas de actividad empresarial.
Y dado que el medio ambiente trasciende a ámbitos sociales, culturales y de comportamiento colectivo e individual que conllevan consecuencias globales, las empresas deben reaccionar implantando en su gestión y en su manera de comunicarse con sus clientes gestos y actuaciones acordes con las tendencias de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente.
En esta línea, mediante la implantación de buenas prácticas medioambientales relacionadas con la separación de residuos en origen se ha conseguido el reciclaje y la recuperación de papel y cartón, vidrio y envases, etc.
Otras actuaciones se han enfocado a la reducción en el consumo de recursos, como por ejemplo el agua, y también actuaciones encaminadas a implantar medidas de eficiencia en los consumos energéticos a través de la adaptación de los sistemas de iluminación con temporizadores o detectores de presencia en el alumbrado, así como mejorando las instalaciones de climatización con un adecuado mantenimiento de las mismas.
La denominada Política Medioambiental de una empresa fija los objetivos generales y principios de acción en materia de medio ambiente, y ayuda a identificar, comparar y priorizar oportunidades de mejora, estableciendo una serie de metas a alcanzar y un calendario de aplicación.
