Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Creo que analizando objetivamente los resultados de las elecciones catalanas, es evidente que las previsiones que hice la semana pasada, se han cumplido a pie juntillas.
Todos han perdido, al menos todos los catalanes y españoles.
Quizás a nivel de partidos políticos haya habido dos ganadores, Ciudadanos y CUP, porque considerando sus presencias en las Cortes Catalanas y por distintos motivos, los dos la han triplicado en las mismas y ello ha sido con cargo a los partidos tradicionales, que se han ido dejando las alforjas de votos agotadas, en cada nueva consulta electoral que se ha ido llevando a cabo en Cataluña.
A Ciudadanos le ha alimentado fundamentalmente Convergencia y el PP, y en menor medida quizás también el PSOE.
A CUP, un Podemos articulado alrededor de los comunistas catalanes y los verdes, que pese a la incorporación de los populistas de un Pablo Iglesias convertido ya en esa la 'casta' a la que tanto criticó, ha perdido el tirón del que disfrutaba mientras ejercía de voz de la conciencia de los desheredados, y en este caso hasta tres escaños de los que tenían sin los de Iglesias, que más que sumar han restado.
¿Y ahora qué ocurrirá?
Como decía la película clásica, ‘sólo el cielo lo sabe’, pero yo voy a tratar de darles mi personal punto de vista.
1-Formación de un nuevo Gobierno.
De momento, el árbitro para ese quehacer, que en buena lógica democrática sería CUP, ya que defendía las mismas tesis independentistas que Junts Per el Si, cumple con la palabra dada y defiende dos principios irrenunciables para ellos:
a-No han alcanzado la mayoría plebiscitaria de votos (ellos no leían esto como una elecciones autonómicas, sino como un ‘referéndum’ por la independencia) y por lo tanto renuncian a la declaración inmediata de la independencia, al no contar con mas del 50 % de los votos.
B-Nunca le darán su voto de confianza a la Presidencia de la Generalidad a Arturo Más que ha sido el nefasto gestor de todos los recortes y penurias de la sociedad catalana en los últimos años.
2-Consecuencias de esa decisión.
Sólo quedan dos alternativas, que ‘los tres terrores’ (Romeva, Mas y Junqueras) encuentren en otros calados los votos que les faltan para completar la mayoría parlamentaria y formar un Gobierno inestable y condenado al fracaso, porque independentismo a parte, no tienen nada que les pueda unir en una labor de gobierno adecuada, al partir de ideologías contrapuestas.
O repetir las elecciones, y “volver la burra al trigo” por cuarta vez en muy poco tiempo, pero esta vez cada partido por separado y en su propio nombre y representación, lo que iba a traer como consecuencia, el saber realmente con que apoyos cuenta cada uno.
Otra sangría para las ya exhaustas arcas catalanas…..que volveríamos a pagar los españoles.
Y quizás si a alguien le conviene, nos hagan coincidir estas nuevas elecciones con las generales.
3-Conclusión
De poco o nada han servido este cúmulo de estupideces, que al final nadie sabe si han sido unas elecciones autonómicas o un referéndum independentista, porque ahora resulta que quienes defendían que debían de ser lo segundo, al perder por número de votos emitidos, no les interesa hacer esa lectura y pretenden conservar el poder, pero no consiguen los apoyos imprescindibles…….de momento.
Y si se tiene que conformar una Generalidad de acuerdo a los resultados obtenidos, el caos que se presume va a ser increíble, ya que Más de ningún modo quiere renunciar a ser el Presidente aduciendo que eso formaba parte de los pactos firmados con ERC & CO.
Y con él como candidato, nadie les va a apoyar, por lo que no es ningún absurdo el que se desencadene una lucha entre los tres líderes de la Coalición, lo cual pondría el punto y final a la misma, y significaría el entierro político de Más y de Junqueras que sería el tercer caído de los republicanos de la izquierda catalana, en un corto espacio de tiempo, después de Carod Rovira y Puigcercós.
O sea que estas elecciones, no sólo no han solucionado nada, sino que han creado una concatenación de nuevos problemas que no existían, gracias a la megalomanía de dos personas indecentes (las presuntas víctimas, en mi opinión) que a fuerza de pensar en ellos, se olvidaron de pensar en Cataluña y en España.
Un elemento adicional, se ha unido en el último momento, en el que un Juez elegido y confirmado para formar parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por CiU y ERC al alimón, imputa a Más y otras dos personalidades responsables del ‘pseudoreferendum’ del 9 de Noviembre del año pasado.
Parece más, una manera de hacer del Presidente de la Generalidad un “mártir” en el momento menos adecuado, que interés en impartir Justicia e incluso echarle un cabo al que agarrarse todos los independentistas catalanes para salvarle ‘a cara y el culo a Más’.
Eso solo lo sabe ese Juez, pero de su inoportunidad nadie tiene la menor duda.
Este es un análisis hecho por mí a vuelapluma apenas cuarenta y ocho horas después de conocerse el resultado de las elecciones.
Mi opinión, ni más ni menos.
Y a la vista de los resultados, creo que lo que vengo repitiendo desde que se descubrió el caso Barcenas y luego después de cada proceso electoral, considero que también Rajoy está amortizado.
No quiso irse cuando debía hacerlo, asumiendo su responsabilidad por acción u omisión, al descubrirse el tema de la financiación ilegal del PP y permitiendo el recambio generacional, por personas limpias del polvo y la paja de la financiación.
No quiso hacerlo después, cuando en todas las elecciones se perdían los votos a raudales debido a su ineptitud política y a su indeterminación, para atajar de raíz los problemas que se presentaban.
Solo se le debe agradecer su indudable acierto en la elección y gestión de sus equipos económicos, que nos salvaron del rescate al que nos habían abocado los últimos Gobiernos socialistas, pero eso no era suficiente, o al menos los españoles le han demostrado que no lo era.
Ahora ha conseguido hacer fracasar a Xavier García Albiol, no por su campaña electoral, sino por la pesada mochila del Presidente del Gobierno.
Y le auguro un fracaso rotundo en las elecciones generales, donde sin duda Albert Rivera se va a convertir en la nueva esperanza de un centro derecha español, libre de complejos y sombras en su pasado y con la determinación y responsabilidad de llevar las riendas.
Seguramente tendrá que pasar por la Oposición muy a mi pesar, porque Pedro Sánchez no le llega ni como persona ni como político, a la suela de sus zapatos.
Pero los españoles somos así.
Y por mucho que crezca Ciudadanos desde ahora hasta finales de año, es posible que supere al PP, tocado y hundido por Rajoy, pero dudo mucho que entre los dos puedan lograr una mayoría parlamentaria suficiente para Gobernar.
Pero eso ya es harina de otro costal, y de momento en esta columna sólo trataba de analizar los resultados de las elecciones catalanas y sus efectos más inmediatos.
Tiempo habrá para hablar de las elecciones generales de aquí a Diciembre.
