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domingo, 28 de abril de 2024 | Última actualización: 18:42

La diócesis de Segorbe-Castellón clausura el Año de la Fe con una celebración gozosa y multitudinaria

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La diócesis de Segorbe-Castellón ha clausurado el Año de la Fe este sábado con una jornada de Acción de Gracias que ha estado marcada por la celebración gozosa y multitudinaria de este evento que Benedicto XVI declaró en octubre del 2012, y que el Papa Francisco concluirá mañana domingo, fiesta de Cristo Rey. El obispo Casimiro López ha declarado que la participación en este evento de fieles de todas  las demarcaciones de la Diócesis es un fruto del Año de la Fe. También ha animado a una perseverancia creativa y a decidirse por una pastoral de misión.

La jornada ha comenzado a las diez de la mañana con una convocatoria por arciprestazgos en cuatros iglesias centrales de Castellón. Los fieles fueron tomando sitio con manifiesta ilusión de participar en este evento. Varias parroquias han organizado autocares, y se han implicado de las más diversas procedencias y realidades eclesiales.

La primera parte de la celebración de acción de gracias ha consistido en un tiempo de oración y la difusión de testimonios sobre lo que representa la fe en la vida de niños, jóvenes, matrimonios, religiosos, enfermos, sacerdotes y el propio obispo. Antes de salir en una procesión festiva hacia la Concatedral, los cuatro grupos han profesado su fe recitando el Credo.

 Ya en Santa María, ha sido necesario ir acomodando los asistentes por todos los recovecos del templo, ocupando hasta las escalinatas del presbiterio. Algún sacerdote declaraba que nunca había visto tan llena la Concatedral.

Procesión entrada para clausurar el Año de la Fe.

Una vez concluido el Año de la Fe, el obispo Casimiro López Llorente, ha invitado a acoger la Palabra de Dios que se dirige a los fieles invitando a examinarse sobre cómo se ha vivido este año. El objetivo es poder comprometerse de nuevo en  perseverar en la vida de fe, y así salir en misión pasando de una pastoral de mantenimiento a otra que, como dice el Papa Francisco, “salga a las periferias existenciales”.

 En primer lugar, afirmaba el prelado en la homilía, hay que hacer balance sobre cómo se ha conseguido lo que pedía Benedicto XVI al convocar este año: “redescubrir el camino de la fe para recuperar la alegría y el entusiasmo del encuentro con el Señor”. A continuación, monseñor López Llorente invita a perseverar, pero no con una fidelidad que se limite a conservar, sino que esté caracterizada por la frescura del Evangelio, con una vivencia más radical y arraigada en Cristo: “no está todo hecho, hemos de seguir trabajando”, afirmaba el Obispo. Para ello, los medios son la oración, la liturgia y los sacramentos, y una caridad activa.

El objetivo final es ser misioneros, ya que “todos estamos enviados a ser testigos de Jesucristo que sana, cura y salva”. Para ello, el obispo advertía a todos los estamentos eclesiales de la Diócesis que “todos necesitamos una conversión pastoral, para pasar de un estado de conservación a uno de misión”. Mons. López Llorente concluía afirmando que la mejor manera de ser misionero es por el testimonio de la vida: “Que la gente pueda decir ‘mirad cómo se aman’, y también ‘mirad cómo aman a los necesitados’”.

Al final de la celebración, en la que ha intervenido el coro de Onda y un equipo de cantores de las Comunidades Neocatecumenales en la parte musical, los fieles completaron la jornada con una comida fraterna en la Pérgola, y concluyeron con la actuación del grupo cristiano Karmel, de Vila-real.