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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 21:31

El grito del silencio

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Rafa Cerdá Torres. Abogado.

El 1 de noviembre de 2005, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución 60/7, en la que se designó la fecha del 27 de enero como ‘Día Internacional de Conmemoración Anual en memoria de las víctimas del Holocausto. La triste jornada tiene como fundamento recordar el genocidio más brutal que aconteció durante el pasado siglo XX: la matanza industrializada contra seis millones de judíos, a manos del régimen nazi durante la II Guerra Mundial. Añado el término ‘industrializada’ por cuanto Hitler y sus secuaces montaron una descomunal política de destrucción sistemática del pueblo judío en Europa; desde la creación de campos de exterminio, la invención de gases letales para matar al número posible de personas, el cálculo de muertes necesarias para conseguir borrar del suelo europeo todo rastro de presencia hebrea en un plazo de breves años, redes ferroviarias habilitadas para portar los ‘vagones de la muerte’ llenos de mujeres, ancianos y niños destino a los campos de exterminio,...todo un andamiaje industrial y organizativo destinado a la aniquilación de millones de ciudadanos sin parangón en la Historia.

El 27 de enero fue elegido como día de conmemoración porque en esa fecha, en 1945 el ejército soviético liberó el mayor campo de exterminio nazi, en Auschwitz-Bikernau (Polonia) un lugar asociado para siempre a la memoria de la infamia humana. El espectáculo que encontraron los soldados y oficiales soviéticos superaba la descripción del horror de la guerra; los nazis no recluían prisioneros, sencillamente querían exterminar a todos los judíos que llegaran al campo de concentración. Aquellos que no eran dirigidos a las cámaras de gas, se les dejaba consumirse hasta morir de inanición. Benedicto XVI, al visitar Auschwitz,  supo condensar en una frase la perplejidad y el horror que surgen ante el recuerdo de las atrocidades allí cometidas: "¿Dónde estabas Díos mío?...”.  La pregunta que sigue a otra: "¿Por qué?".

Las causas que llevaron a cómo uno de los países más cultos y sólidos de Europa, como Alemania, pudo auspiciar al partido nazi al poder, son muchas y muy complejas. La victoria aliada frente a los nazis en 1945, puso punto y final a uno de los períodos más negros de la Historia de la Humanidad, siendo el Holocausto el símbolo de la mayor barbarie cometida contra un pueblo a lo largo de toda la Historia. Es una lección que no se debe olvidar nunca, la repulsa ante todo credo político o religioso que discrimine al diferente, que imponga su postulado por medio de la violencia y no respete los elementales derechos de la persona.

Cuentan los soldados soviéticos que entraron en Auschwitz, que lo que más estremecía del lugar era el silencio. Ni un grito de alegría de los liberados, sólo el sonido de los vehículos de guerra entrando en el recinto. Quizás porque la muerte no requiere de palabras, y ante la ausencia de toda elemental humanidad, los soldados sólo podían escuchar el grito del silencio.