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jueves, 25 de abril de 2024 | Última actualización: 21:31

Año Jubilar Diocesano

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XCasimiro López Llorente. Obispo de Segorbe-Castellón

Nuestra Diócesis de Segorbe-Castellón se dispone a celebrar un Año Jubilar para conmemorar el 775º Aniversario de la creación de la sede episcopal en Segorbe. En efecto; el Papa Inocencio IV, mediante la bula Pie Postulatio, de 12 de abril de 1274, reconocía la jurisdicción real del Obispo sobre la Ciudad de Segorbe, verdadero origen de la sede episcopal en la Catedral de Segorbe y de la Iglesia diocesana del mismo nombre. Ya en el siglo XX, san Juan XXIII, mediante la bula Illas in Ecclesia catholica urbes, de 31 de mayo de 1960, dispuso que nuestra diócesis pasara a llamarse de Segorbe-Castellón, manteniendo la sede episcopal en la Catedral de Segorbe. Para celebrar debidamente esta efeméride y aprovecharla espiritual y pastoralmente, el Papa Francisco nos ha concedido la gracia de celebrar un Año Jubilar con la posibilidad de ganar Indulgencia Plenaria, desde el 12 de abril de 2022 al 16 de abril de 2023.

Casi ocho siglos de historia diocesana bien merecen una celebración especial. Somos herederos de un rico legado de fe, de vida eclesial y de santidad. El Señor lo ha puesto en nuestras manos para que lo sigamos ofreciendo a los hombres y mujeres de hoy. El Jubileo es un Año de gracia de Dios para hacer memoria agradecida del pasado, para purificarnos y renovarnos personal y pastoralmente, para abrirnos a la acción del Espíritu Santo y llevar a todos la alegría del Evangelio. Hoy resuenan las palabras de Jesús: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16, 15).

En este Año Jubilar deseamos en primer lugar dar gracias a Dios por el don de nuestra Iglesia diocesana y por tantos dones recibidos de Dios. Pediremos también perdón por nuestros pecados e infidelidades, y suplicaremos el don de la conversión al Señor, que avive la fe y vida cristiana de cuantos formamos esta Iglesia. Debidamente vivido, este año propiciará la conversión pastoral y misionera tan necesaria y urgente de nuestra Iglesia diocesana. El Señor nos llama a caminar juntos favoreciendo la corresponsabilidad de todos en la misión de nuestra Iglesia. Todos, cada uno según su propia vocación, ministerio y carisma, estamos llamados a ser una Iglesia ‘en salida’.

Para ser fiel a la misión recibida, nuestra Iglesia diocesana ha de tener en cuenta a los hombres y las mujeres de cada época, así como las circunstancias en que vive y lleva a cabo su misión. Por ello, con motivo del Jubileo queremos discernir juntos los caminos para la misión en el presente, en un proceso de oración y de reflexión. Se trata de ponernos a la escucha del Señor y de atender a los deseos y gemidos de nuestros contemporáneos para descubrir los caminos de la misión, aquí y ahora.