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viernes, 26 de abril de 2024 | Última actualización: 23:10

No al ‘cerrojazo’ de Penyeta

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Begoña Carrasco García. Portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Castellón. 

Las prisas son malas consejeras. Y más cuando se trata de cerrar un servicio como el centro de acogida de menores de Penyeta Roja de la Diputación de Castellón, para acatarla decisión unilateral, y absolutamente desafortunada, de la Conselleria de Mónica Oltra.

Si hace pocos días denunciábamos esta decisión, que supondrá que a partir del 1 de abril se cerrará el servicio y se trasladará a los menores desamparados de 0 a 12 años que allí están acogidos al Centro Verge de Lledó, que no reúne las condiciones para tutelarlos con garantías, antes tienen que paralizar el proceso por ante las deficiencias técnicas más que notorias para justificar legalmente esta decisión.

Un informe técnico de la Diputación de Castellón cuestionaba que una comisión técnica pueda tomar una decisión que compete exclusivamente a la máxima responsable del área, es decir, a la consellera Oltra, que es quien ‘pincha y corta’, pero quien escurre el bulto de su responsabilidad. Y la segunda cuestión que se pone en entredicho es el cierre del centro de Penyeta Roja sin que la Generalitat Valenciana subrogue a la más de treintena de trabajadoras que ahora mismo está prestando sus servicios en el centro.

Hay soluciones, solo se trata de buscar opciones que se ajusten a los intereses de las dos administraciones, pero sobre todo para beneficio de los menores que están acogidos en la instalación, y cuyo bienestar y calidad de vida debe estar siempre por encima de todo.

La descoordinación y el frenazo que ha impuesto el gabinete técnico de la Diputación al cerrojazo de Penyeta Roja no es más que el toque de atención a un equipo de gobierno de PSPV y Compromís que solo funciona para satisfacer egos políticos pero no para resolver los problemas de los castellonenses. Su única obsesión es deshacer todo el legado del Partido Popular, sin importarles que con sus decisiones se recortan servicios y pierden los castellonenses.

La ciudad pierde recursos asistenciales, y sus gobernantes, empezando por la propia alcaldesa de la capital, miran hacia otro lado. Castellón ha perdido la Casa Cuna, la Guardería Infantil San Vicente Ferrer y próximamente Penyeta Roja. Ni una inversión de calado, ni una mejora de las infraestructuras que ya existen, o ningún refuerzo en cuanto a personal se refiere. Nada de nada. Solo recortes y más recortes.

El informe de la secretaría de la Diputación es un aviso. Pero sobre todo, una evidencia de que lo que se está haciendo no es correcto. Es una oportunidad única para parar, reflexionar, y buscar una solución de consenso que permita que una institución como Penyeta Roja no se cierre, tras más de tres décadas de historia, pero sobre todo de función social incuestionable en la protección y reintegración familiar de menores en situación de desamparo. Hasta 542 menores están en situación de desamparo en Castellón. Un problema muy real, y muy serio, que no se puede minimizar.