Enrique Domínguez. Economista.
¡Hay que ver lo sufrido que es el papel de prensa! Suerte, en este caso, que lo lee menos gente de la que debiera, aunque esté en grandes titulares.
Desde hace unos cuantos meses los expertos en análisis de impacto económico de tal o cual hecho o evento crecen como las setas. Ahora que están de moda las pruebas deportivas, por llano o por montaña, el informe sobre las mismas viene acompañado de su impacto económico. Sin ningún pudor hacia los analistas de verdad se habla de una cantidad exacta de euros que esas pruebas suponen de ingresos para la zona en que se celebran.
Suerte, como decía, que no lo leen demasiadas personas y que a ninguna se le ocurre preguntar al autor de ese impacto económico cómo ha llegado a esa conclusión.
Yo mismo no estoy libre de culpa; con motivo del ascenso del Villarreal a la primera división de fútbol, se me pidió de hoy para ayer el impacto económico que ello podría suponer para la ciudad de Vila-real. Sabía que se había realizado un estudio similar un año antes por el ascenso del Hércules de Alicante; la cifra que la Cámara de Comercio de Alicante estimó como manda la metodología para estos análisis, la rebajé un tanto y la di. Suerte que nadie pidió cómo había llegado a esa cifra.
Y esto viene a cuento a raíz de la reciente reunión de los empresarios valencianos con la ministra de Fomento y la confirmación (veremos si es así) de la llegada del AVE (mejor dicho, de la alta velocidad a través del tercer carril) a Castellón en 2015.
Hay que señalar que algunos medios parece que todavía confunden la provincia, Castellón, con la capital, Castellón de la Plana; uno de ellos, durante dos días seguidos, escribe que “el viaje de Orihuela a Vinaroz se cubrirá en menos de dos horas”. El periodista que escribe esto, de Valencia, parece que no se ha enterado que desde hace unos cuantos años la denominación correcta es Vinaròs y que del tercer carril entre Castellón de la Plana y Vandellós (Vinaròs está en el medio) no se ha dicho nada, salvo que el corredor del Mediterráneo sigue siendo prioritario.
Pero a lo que íbamos; uno de los medios provinciales se refiere a un estudio de unos profesores de la universidad de Las Palmas de Gran Canaria para decir que “el AVE generará empleo y elevará un 10% los ingresos de Castellón“; ojalá fuera AVE aunque en este caso se hacía referencia a la capital. Para ello se apuntan las bondades de la llegada del AVE –aquí sí lo es- a diferentes ciudades españolas y como la media de incidencia está en el 10%, pues se aplica ese porcentaje a la alta velocidad que llegará a Castellón de la Plana.
La alta velocidad sólo llegará en 2015 –habrá que verlo porque estamos en periodo preelectoral- a la capital y, como todos saben, donde se generaría más negocio, sobre todo, si llegara es a Benicàssim, Orpesa, Peníscola y Benicarló-Vinaròs. Y de eso sólo hay buenas palabras.
Por ello, hablar de una repercusión de aumento en los ingresos del 10% y, además, de que va a generar empleo, es arriesgado. Sólo son estimaciones que no resuelven los problemas de infraestructuras de la provincia, ni las que necesitan las empresas radicadas en el entorno del puerto, sobre todo, ni el sector hotelero en las ciudades señaladas en el párrafo anterior. ¿Y de las autovías A-68 y la A-7 o los trenes Zaragoza-Sagunto y Castellón de la Plana-Vandellós?
Hablemos con propiedad y no nos conformemos con un sucedáneo, ¿no les parece a ustedes?
